Seguro has escuchado de la “golden milk” o “leche dorada”, ¿no? Es como un chai latte pero en vez de café, tiene cúrcuma, y por eso es color amarillo-dorado. Es muy rica, pero se hizo popular en todo el mundo por sus propiedades nutricionales y sus supuestos beneficios que nos ofrece beberla diario –desde “bajar de peso” hasta a tratar el cáncer–; aunque la verdad no hay manera de comprobar científicamente todos esos atributos milagrosos que se le atribuyen.
Aunque hay varias recetas, por lo general todas incluyen leche caliente (incluso espumada) que suele ser vegetal (de almendras, coco o avena), cúrcuma en polvo o en pasta, canela, jengibre, miel de abeja, aceite de almendras o de coco y pimienta.
Hay quien dice que es una antigua bebida curativa india llamada haldi doodh, pero la verdad es que no es precisamente así. La haldi doodh tradicional es sólo una cucharada de cúrcuma molida disuelta en agua caliente. El resto de ingredientes se añadieron cuando la bebida se occidentalizó.
Es verdad que la cúrcuma es un ingrediente común en la medicina tradicional ayurvédica y se ha utilizado como remedio durante siglos. De hecho, se ha comprobado con estudios clínicos que la curcumina, el ingrediente activo de la cúrcuma, reduce la inflamación (según un estudio sobre el cáncer realizado por la Universidad de Texas) y ayuda con el alivio de problemas gástricos, pues disminuye la producción de bilis; pero no se ha demostrado que impida el crecimiento de bacterias y virus, que actúe como “antibiótico natural” ni que ayude a evitar o tratar el cáncer.
Además, para obtener los beneficios que sí ofrece la cúrcuma, es necesario consumirla con regularidad y no en pequeñas cantidades, así que beber una sola taza de golden milk de vez en cuando realmente no hará milagros.
¡Porque es deliciosa! Y si tienes problemas gástricos como gastritis, colitis o algo parecido, seguro te ayudará a aliviar síntomas. También si tienes músculos inflamados después de hacer mucho ejercicio.
Además, el resto de ingredientes de la cúrcuma tienen sus propias propiedades nutricionales que, con un consumo constante, pueden ayudar a mejorar el funcionamiento del cuerpo.