Viajar a París puede tener un aliciente más. A las visitas obligadas al Louvre o a la Torre Eiffel, puedes añadir ahora otro juego: encontrar a los chicos de Le Tricycle recorriendo las calles de la capital francesa.
Coralie Jouhier y Daqui Gomis se conocieron hace seis años y son pareja. A Coralie le gustaba la fotografía y trabajaba en una tienda de moda. Daqui, por su parte, también trabajaba en una tienda y tenía una marca de joyas llamada We Are.
Ninguno de los dos tenía que ver con la cocina. Su única relación con ella eran las comidas que ofrecían a sus familiares y amigos. Aquello les encantaba. Y esa pasión se ha convertido ahora en su profesión.
Jouhier y Daqui han montado una empresa de comida rápida muy especial. Siguiendo la moda de los food trucks, la pareja francesa decidió hacer algo diferente. En lugar de una camioneta, ellos recorren las calles de París en dos bicicletas. Y para rematar las diferencias con aquellos que venden también comida rápida, su menú está compuesto de hot dogs vegetarianos. A la empresa la llamaron, como no podía ser de otra manera, Le Tricycle.
«La comida callejera no está muy implantada en Francia, mucho menos la comida vegetariana», explica la pareja a Yorokobu al reflexionar sobre las razones que les llevaron a montar este tipo de negocio. «Nos encanta el hecho de ser nómadas, de poder movernos y descubrir nuevos lugares, explorar distintos vecindarios y conocer gente diferente».
Los hot dogs son un clásico del fast food que Coralie y Daqui quisieron reinventar. Usando diferentes recetas, tratan de hacer llegar la comida vegetariana tanto a quienes no contemplan la carne en su menú como a aquellos declarados carnívoros. «La gente tiene una mala opinión sobre la comida vegetariana. La consideran aburrida, sin gusto, nada apetecible. Es importante hacer cambiar esa visión. Elegimos hacer perritos calientes vegetarianos porque queríamos que hubiera hot dogs para todo el mundo. ¡El hot dog del futuro!», nos cuentan. «Queríamos un producto que fuera bueno, sano y divertido para reconciliar al público con la comida vegetariana y hacerle ver que no es ni tan aburrida ni tan insípida. Tratamos de derribar las barreras mentales que existen contra el vegetarianismo», añaden.
La fórmula parece estar teniendo éxito. Acaban de abrir su primer restaurante físico en París y confiesan que a él acude gente de todo tipo. Muchos ni siquiera se dan cuenta de que lo que están comiendo no es una salchicha de carne. La mayoría de sus clientes ni siquiera son vegetarianos, sino que acuden allí para probar otras cosas.
Pero sus perritos calientes van más allá de una salchicha vegetal acompañada de algún tipo de salsa. Sus recetas incluyen diferentes toopings y guarniciones como plátano frito, croquetas de boniato, verduras asadas, ensalada fresca o maíz y coco a la parrilla. «Tenemos un menú llamado Bento Dog en el que se sirve el perrito, guarnición y un postre casero. También servimos boles vegetarianos que cambiamos a diario», cuentan Gomis y Jouhier.
Otro de los mitos que pretenden derribar con su cocina es el de que la ‘comida rápida’ y ‘calidad’ no pueden ir unidas. Cada vez más gente tiene que comer fuera de casa, con apenas tiempo para sentarse a tomar algo. «Es una vergüenza comer mal a diario», se indigna la pareja. «Una nueva corriente de ‘comida rápida y buena’ se está imponiendo por encima de la ‘fast food’».
«Nuestros hot dogs son coloridos y sabrosos. Queremos que sean tan bonitos como deliciosos. Por supuesto, tenemos el clásico perrito caliente, pero también otros más originales con guacamole, salsa chien (una salsa caribeña), zanahorias en vinagre, cilantro fresco o salsa de cacahuetes y okra», presumen de recetas. Todos sus ingredientes son frescos del día y servidos a diario por los proveedores.
A pesar de lo que pudiera parecer, la apertura del restaurante físico en París no es el final del las food bikes para Daqui y Coralie. Aún prestan ese servicio para eventos privados de empresa y tienen intención de extender su negocio a otras ciudades francesas aunque reconocen no tener límites. ¡Paso a paso!, sonríen.