Hora del postre y los franceses no se pueden quedar quietos. Es el momento clave de la comida para apapachar y lucir lo diestros que resultaron para cocinar. ¿Un clásico? El sablé bretón pero esta vez llevado al cielo; hablamos de una tarta de chocolate y plátano.
Esta cultura, tan arraigada a las técnicas culinarias que ellos mismos inventaron, ha aprovechado los ingredientes de todas las latitudes y los ha abrazado como propios. Son minuciosos con los procedimientos y muy inflexibles para la comida mediocre.
Sin embargo, con práctica se puede llegar a ser un gran pastelero. Para Cédric Carême, chef repostero y panadero de Le Cordon Bleu, la cocina francesa está en todos lados, en cada platillo, en cada sabor.
La escuela de cocina más antigua del mundo tiene un regalo para todos aquellos inquietos de saber más de la cultura culinaria a través de los sabores dulces. Se trata de un libro que guarda todos los secretos para iniciarse en el arte de la repostería fina (y sí, sí hay versión en español).
No es de asustarse, las recetas son bastante claras y tienen explicaciones paso a paso. Como prueba de ello, el chef Carême nos presentó una de sus favoritas.
El sablé bretón es una preparación clásica de la cocina francesa que funciona como base para tarta. Es una textura muy crocante que, por la cantidad de mantequilla y grasa de su preparación, da sabores muy especiales.
Esta interpretación la acompaña una compota de plátanos caramelizados y una ganache de chocolate con leche. Esto último es una especie de betún que se prepara con crema para batir y nos hace ver las estrellas a los golosos.
Para la base
Para los plátanos caramelizados
Para la ganache de chocolate