El café sin duda es una bebida importantísima en la vida de muchas personas. Tanto así que de un simple espresso se han creado más opciones que lo mezclan con otros ingredientes para dar una experiencia distinta cada vez.
Es ideal para arrancar el día por ser un estimulante natural; es el compañero perfecto para una buena plática y el maridaje perfecto para panes, postres y dulces.
Siendo tan socorrido, la creatividad no se ha hecho esperar y hay mucho más allá del café americano, el espresso y el capuchino.
Sin embargo, hay algunas que se parecen más de lo que nuestra memoria puede recordar. Ya sea porque usan los mismos ingredientes o porque se parecen en el servicio. Es importante que estés conforme con tu bebida y para eso debes saber exactamente cómo pedirla.
Para que aprendas a hacerlo correctamente y que a su vez identifiques el que más te gusta, acá te dejamos las diferencias.
A este par lo confunden un día si y el otro también. Y es que la leche se sirve en iguales proporciones en ambos casos, pero el servicio es completamente distinto.
Un capuchino es una bebida que quiere resaltar el sabor del café a pesar de tener leche y por eso no se revuelven. Esta última se vaporiza para que entre aire caliente y el resultado sea una capa cremosa y otra de espuma.
Al tener menos cantidad de leche el café resalta y la bebida tiene poca densidad. Lo común es tomarla en una taza de cristal transparente con la intención de que puedas percibir las capas: leche, café y espuma.
Por su parte, el latte tiene la misma cantidad de café pero el sabor no será tan fuerte ya que se mezcla con la leche. Otra diferencia será que la espuma será más densa, es decir, se vaporiza menos.
¿Has visto las tazas decoradas con corazones o dibujos? Esas son de café latte; cuando la espuma tiene burbujas más finas, es posible lograrlo.
El común denominador de estas bebidas es el chocolate y por eso podemos creer que son lo mismo.
Cuando pides un chocolate te aseguramos que no hay ni una gota de cafeína ahí. Podrá tener cacao amargo, semiamargo, especias como jengibre, cardamomo o canela pero nunca café.
El mocha, en cambio, siempre será una mezcla equilibrada entre el café y alguna variedad de chocolate mezclado en una base de leche o agua.
Sí, el mocha tiene tres ingredientes: café espresso con chocolate y leche.
El espresso es básicamente el café en uno de sus estados más concentrados; esto no significa que sea el que más cafeína tiene sino el que tiene un sabor más fuerte.
El espresso ideal tiene tres características básicas: el tipo de molienda, el prensado del café y la relación de cantidades entre café y agua.
Para que sea un buen sabor debe tener una molienda fina, entre 7 y 10 gramos de café y 30 ml de agua.
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Si te gusta mas concentrado aún te conviene pedir un ristretto, la misma cantidad de café pero la mitad de agua.
Cuando hablamos de un espresso largo o doble se hace con la misma cantidad de café pero aproximadamente el doble de agua, es decir, unos 60 ml.
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Un americano -también conocido como lungo– se puede hacer de distintas formas pero en términos generales es café con más cantidad de agua.
Se puede preparar extrayendo espresso y añadiendo agua hasta llenar una taza; es decir, se logra al mezclar 30 ml de café más otros 200 ml para hacer el tamaño de la taza estándar.
También se puede hacer con métodos de extracción como una cafetera con filtro de goteo, chemex, V60, kalita, prensa francesa, aeropress o sifón japonés.
Estos últimos son los que dejan al café con una mayor cantidad de cafeína. Esto sucede porque hay más tiempo en el que se infusiona en agua.
Estas bebidas pueden ir cortadas o estilo macchiato, que en italiano significa manchado. Esto quiere decir que la leche hará un efecto de corte en el café en una cantidad muy pequeña, solo para “manchar”.
En estas bebidas también nos podríamos confundir y mucho más cuando nos urge tomar un café refrescante.
El americano frío se infusiona en agua caliente para facilitar la extracción de aromas y sabores,es decir,se sigue el procedimiento tradicional-. La diferencia es que se agregan hielos y el doble de la proporción de café para que no pierda sabor.
Por otro lado, el cold brew también es un café frío pero la extracción de aromas y sabores es completamente distinta. Este se infusiona en agua fría; al no tener el efecto de la temperatura, toma más tiempo para tener una concentración adecuada.
Agua y café deben estar en contacto un mínimo de 14 horas; esto lo hace una bebida alta en cafeína. Si tu intención es despertar bien, te recomendamos esta alternativa.
¿Cuál pedirás en tu siguiente visita al café?