Estos últimos días han hecho que exista mucha preocupación por el aire que respiramos. Hemos decidido tomar el problema de la contingencia en la Ciudad de México como ejemplo para poner en práctica 10 cosas que puedes hacer cuando cocinas para reducir la contaminación.
Independientemente de la parte del mundo en la que te encuentres, el cambio climático y la contaminación son temas que te interesan. Piensa en el ecosistema y el mundo que vamos a dejar a las siguientes generaciones.
Para que colaboremos desde nuestra cotidianidad, te tenemos los siguientes consejos:
Checa este dato: en 2017 un estudio de la Universidad de Mánchester concluyó que los microondas emiten 7.7 millones de toneladas de dióxido de carbono al año en la Unión Europea y 184 mil toneladas de desechos.
Esto también hay que asociarlo con el daño a la salud que provocan las microondas y los cambios que hacen en nuestra comida. Mejor busquemos otra forma de calentar la comida.
Las elevadas partículas de contaminación suspendidas en el aire siempre están asociadas con la falta de lluvia y el calor.
Una solución que mata dos pájaros de un tiro es bajar el consumo de gas y comer fresco. La respuesta: ceviches, ensaladas, gazpachos.
Administra el calor cuando vayas a cocinar. No dejes el sartén calentándose por más tiempo del necesario pues el humo emite partículas o toxinas volátiles que además de contaminar, dañan nuestro alimento.
Te recomendamos no superar el punto de humo de los aceites que utilices al cocinar (es decir, no permitas que se quemen).
Hay algunos ingredientes naturales -que seguramente tienes en tu cocina- que pueden sustituir a las soluciones químicas que encuentras en los supermercados para esto.
Lavar a conciencia con agua y jabón neutro es básico; posteriormente utiliza bicarbonato de sodio, vinagre o limón diluidos en agua. Ahí remoja tus vegetales de 10 a 15 minutos y listo.
Generar desechos innecesarios y desperdicios alimentarios no está nada bien. Quizás pelaste vegetales o deshuesaste una pechuga de pollo, con eso puedes hacer fondos que sirven para preparar sopas y salsas.
Todo aporta sabor, así que si no te gusta del todo qué tan bonitas son las verduras que tienes; ¡no las desperdicies! puedes licuarlas, cocinarlas y hacer diferentes preparaciones.
Lo sabemos, no hay nada como un buen corte o una carnita asada en familia. Pero también es importante tener claro que la ganadería industrial es uno de los principales generadores de contaminación en el mundo.
Resulta que el gas metano que expiden las reses contribuyen al efecto invernadero y la contaminación del agua.
El movimiento lunes sin carne procura controlar estos efectos en el cambio climático con una propuesta simple: no dejes tu rib eye ni tu taco de suadero, sólo evítalo un día a la semana.
Además de ayudar al planeta tiene la ventaja de que ayuda a que diversifiquemos nuestra dieta y comamos más sano.
Las cáscaras, huesos y semillas pueden servir para alimentar las plantas que tengas en casa.
Te recomendamos que aproveches todo y hagas una composta que sirva de abono natural. Es sencillo, lo que debes hacer es mezclarlo todo con un poco de tierra, hojas, ramas y listo.
Entre menos plástico, mejor. Además, siempre va a ser más rico comer ingredientes frescos, de cercanía y llenos de nutrientes.
Tenemos la idea equivocada de que los vegetales son mejores si vienen en una bolsita o empacados con plástico transparente sólo porque se ven bonitos. No es así, lo único que estamos logrando es generar más basura.
Empieza a invertir en bolsas de tela para cargar tus cosas cuando vas al súper. También ya hay muchos productos como contenedores de vidrio y costalitos donde puedes poner los vegetales cuando vas a hacer la compra.
Procura generar la menos basura posible: en lugar de comprar garrafones o botellas de agua puedes invertir en un filtro que haga potable la que ya tienes en casa. Son duraderos y resuelven el problema.
Disminuye al mínimo las cocciones con leña o carbón. Nos encantan las pizzas en horno de piedra y la carnita asada, pero es momento de hacer conciencia de las toxinas que libera el humo con la combustión de éstos.
Te recomendamos utilizar gas natural en lugar del licuado de petróleo y ya de plano si quieres colaborar bien, invertir en una estufa de convección.