El chef Víctor Morales no está conforme con estar al mando de Aitana, uno de los mejores restaurantes del grupo Ituarte, sino que ha diseñado experiencias gastronómicas en las que echa a volar la imaginación cada día, de martes a sábado, con ingredientes frescos que llegan a su cocina.
Aitana viene del idioma vasco que significa ‘de papá’. La niña consentida de papá tiene personalidad propia: es fresca, independiente, le gusta vivir bien. Así es la cocina de este lugar.
La noticia es que a partir de abril, Víctor y Aitana se encargan de hacer las noches más especiales con un menú sorpresa. Puedes probar algunas especialidades del restaurante y platillos que están fuera de carta.
Productos premium, maridajes muy pensados y un menú guiado por el propio chef. Todas son buenas señales de lo que va a pasar no será una cena más.
El proyecto le da voz a los ingredientes de la temporada. Se trata de que, a través de Aitana y las manos de Vicko, los productores y sus productos sean los protagonistas de la noche.
Es incierto saber qué vas a comer: el menú es sorpresa pero definitivamente lo vas a disfrutar.
Todos los detalles están cuidados; con decirte que incluso la vajilla, plaqué y servicio es distinto a lo que están utilizando el resto de los comensales (que ya de por sí es excelente).
Se toma ventaja de todos los productos: igual comes pescado que cerdo, pato, betabel o lechuga. Siempre con salsas y aliños que están en su punto que verdaderamente realzan los sabores. Es una experiencia que pone todos tus sentidos en sintonía para disfrutar.
Aunque seguramente tendrás una experiencia gastronómica distinta cuando vayas por el cambio de platillos, queremos platicarte de los siete tiempos que nos dejaron enamorados de Aitana.
Seguramente te tocará uno que otro marisco. Nosotros tuvimos la suerte de probar un aguachile de callo que no nos quedó a deber.
Lo siguieron un par de ravioles hechos en casa rellenos de queso ricotta bañados en mantequilla de limón y chícharos. La mejor noticia es que estos sí están en el menú; de hecho es uno de los platillos más pedidos y ya entendimos por qué.
Risotto con codornices y alioli; magret de pato con col morada encurtida y puré de coliflor en demiglace de vino tinto. Cuando sientes que ya no puedes más, llega un plato mejor que el anterior.
Vicko trabaja cada platillo con una cautela impresionante, incluso los postres. En la experiencia gastronómica son dos: uno más enfocado a limpiarte el paladar y el otro para darle un final feliz que te deje enganchado.
Si tienes la fortuna de probar el pastelito fondant de queso manchego semi curado con mermelada de higos, definitivamente querrás volver por otro. Viene con reducción de balsámico y helado de vainilla.
Se nota el tiempo que se tomó el jefe de sala de las experiencias gastronómicas para hacer los maridajes. Te impresionará cómo todos los elementos de cada plato empatan con alguna de las características de los vinos.
A Aitana se va a comer bien. Se trata de una mezcla mediterránea con ingredientes mexicanos de primera calidad y mucha técnica.
Vicko Morales es ensenadense y su cocina lo delata. Pescados, mariscos y hortalizas de las más frescas platican en Aitana una trayectoria profesional que comenzó hace aproximadamente 20 años; desde restaurantes de tacos para migrantes en Estados Unidos hasta una de las escuelas más reconocidas de hostelería en España.
Vicko conoce la importancia de estudiar, hacer pruebas y conocer las técnicas e ingredientes. Por eso, Aitana es uno de los escasos restaurantes en México con un área específica dedicada a la investigación, desarrollo e innovación (también conocida como I+D+i)
Los cocineros pasan por esta área para entender cómo diseñar platos sacando el mejor provecho de todos los recursos que tiene a su alcance.
Si no has ido, las experiencias gastronómicas de cada noche son una excelente oportunidad para que te consientas y comas muy, muy bien.