Solo un lugar podría competir con nuestro amor por ponerle salsa a todo lo que comemos y ese es Nuevo Orleans. Esta ciudad ubicada al sureste del estado de Luisiana, Estados Unidos, plasma su amor por la salsa Tabasco en todo lo comestible que puedas imaginar: caramelos, chocolates, bebidas, aderezos y un sinfín de recetas a las que no les puede faltar mínimo una gotita de esta salsa famosa por su sabor extrapicante y ligeramente avinagrado.
La salsa Tabasco es una de las salsas más conocidas y consumidas en el mundo, incluso en 1868 debutó en Luisiana como el mejor producto picante que había en ese entonces. A pesar del nombre “Tabasco” al que se le podrían atribuir orígenes mexicanos, es Nueva Orleans la cuna de esta salsa y Edmund McIlhenny su creador.
A Edmund McIlhenny la dieta del sur de Luisiana le parecía algo monótona, por lo que quiso crear una salsa para darle sabor y emoción a la comida de cada día.
Unas semillas de chile capsicum frutescens que procedían de México fueron el tesoro para crear dicha salsa. McIlhenny las sembró en Avery Island, al sur de Luisiana, y el deleite por este cultivo lo llevó a producir su primera cosecha comercial en 1868.
Al año siguiente envió 658 botellas de salsa a un dólar a tiendas de abarrotes en la costa del Golfo, particularmente en Nueva Orleans, etiquetándolas como “Tabasco”. Algunos dicen que la nombró así porque los chiles provenían específicamente del estado de Tabasco, mientras que otra teoría explica que “Tabasco” es una palabra de origen mexicano que significa “lugar donde el suelo es húmedo” o “lugar de coral o caparazón de ostra”, significado que se acoplaba a la descripción de Nuevo Orleans.
En un principio, McIlhenny empaquetó su salsa en pequeñas botellas parecidas a las de un perfume, con accesorios para rociadores, que luego cubrió con corcho y selló con cera verde, algo elegante y delicado para una salsa. Aunque la botella ya no es la misma, la receta es igual de picante y sabrosa como la que McIlhenny embotelló por primera vez en 1868.
McIlhenny obtuvo la patente de su salsa en el año 1870 y TABASCO® Sauce comenzó su viaje hacia el mundo culinario esparciéndose en todos los platos de Nuevo Orleans y Luisiana. Las ventas crecieron y a fines de la década de 1870 vendió su salsa en todo Estados Unidos e incluso en Europa.
En 1890, tras el fallecimiento de McIlhenny, la empresa continuó desarrollándose en manos de sus descendientes, siendo Paul McIlhenny su director ejecutivo.
La formula de la salsa Tabasco que nació en Nuevo Orleans sigue siendo la misma que ahora disfrutamos: chiles y vinagre de la mejor calidad; el único cambio es el tiempo de envejecimiento del concentrado de los ingredientes, pues dejan la salsa hasta tres años en barricas de roble blanco.
Ahora ya sabes por qué en Nuevo Orleans todos cargan con una salsa Tabasco de bolsillo.