¡Hoy te queremos consentir con una de nuestras recetas favoritas! Le dimos una vuelta al clásico pastel red velvet y lo convertimos en galletas que son facilísimas para hacer en casa.
¡Dale play al video!
Ponte el mandil y alista los siguientes ingredientes:
La clave de esta receta es no batir de más la mezcla. Así que te recomendamos hacerlo rápido para lograr mejores resultados.
Precalienta el horno a 200°C.
Primero, bate la mantequilla con ambas azúcares hasta que tome una consistencia esponjosita.
En cuanto estén incorporados los ingredientes, agrega el huevo, después el colorante rojo y la esencia de vainilla. Aquí tienes el control para definir qué tan rojas serán tus galletas red velvet.
En un recipiente aparte, mezcla la harina, la sal, el polvo para hornear y la cocoa.
Baja la velocidad de la batidora e incorpora poco a poco los ingredientes secos.
Para terminar, el chocolate. Puedes utilizar chispas o cortar una barra cortada en trozos.
Empaca la mezcla con plástico autoadherente y refrigera por media hora. En esta receta, el frío es lo más importante, pues le dará forma a tus galletas.
Mientras esperas, alista una charola con papel encerado o un tapete de silicón. Saca la mezcla del refri y con un scoop para helados, porciónala en bolitas.
Colócalas en la charola con aproximadamente cinco centímetros de distancia entre cada una, esto evitará que se peguen al hornearse.
Refrigera o congela una vez más por 15 minutos, o hasta que las bolitas estén duras.
Hornea por 18 minutos a 200°C. Sabrás que están listas cuando las orillas comienzan a estar más doraditas que la superficie.
Apaga el horno, sácalas y… resiste la tentación. Déjalas enfriar para que tengan una mejor consistencia y sabor.
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