Sabemos que es una primera necesidad y más ante épocas de pánico; sin embargo, hay que aprovechar todo lo que hay a la mano y un gran ejemplo es poder purificar agua de la llave. Hay varias formas de hacerlo y todas son muy accesibles.
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Cabe aclarar que existe una Norma Oficial Mexicana publicada en 1999 (NOM-181-SSA1-1998) en donde se especifican los requisitos de los germicidas para el tratamiento de agua tipo doméstico. Estas sustancias destruyen microorganismos para que no haya lugar a enfermedades.
Entre algunos germicidas que conocemos están el cloro, yodo, el alcohol y los cresoles, estos últimos particularmente de moda por su marca comercial. Todos sirven para purificar agua de la llave, aunque tienen distinta composición química.
Ninguno debe usarse sin saber exactamente cómo funcionan; mientras algunos sirven para el contacto humano, otros son mejores para limpiar superficies y también hay soluciones específicas para purificar líquidos.
Lo más importante es saber para qué sirve cada uno y cómo utilizarlos de forma correcta para no poner en riesgo la salud. Recuerda que entre más información conozcas, habrán menos riesgos.
Te recomendamos que si el agua que tratas de purificar tiene sólidos o está bastante turbia primero la filtres para que los germicidas actúen más rápido. Hazlo con un colador de cocina o mejor aún, con una tela o manta de cielo.
IMPORTANTE: utilizar más cantidad de las que se recomiendan no va a lograr agua más pura sino todo lo contrario.
Hay incluso métodos físicos que son capaces de purificar el agua de la llave. No tiene mayor ciencia, de hecho, es más sencillo de lo que cualquiera puede pensar. Quedará lista para beberse o cocinar con ella.
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