Preparar un desayuno de campeones no tiene que ser un dolor de cabeza y mucho menos si la intención es apapachar o apapacharse. Para esto, los hot cakes se pintan solos y qué mejor que hacerlos desde cero con una receta cuyos ingredientes seguro tienes en la alacena.
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Sabemos que las harinas preparadas son una bendición caída del cielo cuando queremos hacernos la vida fácil. Pero vamos, preparar una buena receta de hot cakes caseros es igual de sencillo y mucho más sabroso.
Hay dos secretos que debes conocer: el buttermilk y la mantequilla.
Pensarás que te engañamos cuando dijimos que tendrías todos los ingredientes en casa y luego salimos con que se necesita un ingrediente extraño que tiene pocos usos en la cocina latinoamericana.
Sin embargo, lo tenemos controlado y te enseñamos a preparar buttermilk -también conocido como suero de leche- en casa.
Por otro lado, la mantequilla. Será el agente que aporte sabor y humedad a esta receta de esponjositos hot cakes. Procura utilizar una sin sal y que te guste.
Te recomendamos probar la mezcla antes de ponerte manos a la obra con el sartén; si crees que le falta dulzor, agrega una cucharada de azúcar. Si lo que quieres es bañarlo con miel de maple, mermelada o incluso jarabe de chocolate, tener una masa neutra será mejor.
¡Ten paciencia con cada hot cake! El fuego debe ser bajito para que se cueza todo parejo, tome color café, esponje y queden perfectos.
Deberás esperar a que la masa doble su volumen y comiencen a reventarse burbujas en la superficie pero cuidado; si lo haces con la llama muy alta no tomará un color bonito y más bien parecerán quemados.
Después de dar la vuelta a cada hot cake, podrás saber si ya está cocido cuando, al mover el sartén, también éste se mueva libremente.
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