Esta es una historia de sazón que demuestra que las fronteras no existen cuando la cocina es una forma de comunicar y de amar. ¿La locación? uno de nuestros consentidos en la CDMX, Masala y Maíz. ¡Dale play al video!

Entre moles y especias, Norma y Saqib nos platican su historia y cómo han logrado integrar los sabores mexicanos con los africanos y asiáticos en su restaurante creando una comunidad y haciendo lo que más les gusta.

Cuando se conocieron y cocinaron juntos por primera vez, esta pareja supo que algo iba a cambiar sus vidas. Al paso del tiempo, la profundidad de las especias de la tierra de Saqib y la visión artística de los ingredientes mexicanos de Norma construyeron una propuesta mestiza que recuerda que lo mejor de la gastronomía es que es un vehículo para amar y cambiar al mundo.

Masala y Maíz, Saqib y Norma

“Cocinar para mi es un acto político” nos cuenta Saqib. Él conoció a Norma mientras colaboraba en un proyecto para dar de comer a migrantes y personas en situación de vulnerabilidad.

Ella, por su parte, hacía lo propio en la investigación y puesta en valor del arte en Estados Unidos. El tiempo pasó y los unió en una cocina para deleitar a sus amigos de tal forma que no sólo son compañeros de trabajo sino también de vida.

La magia nació específicamente en el Mercado de San Juan, un lugar en la CDMX donde, al igual que sucede ahora en Masala y Maíz, conviven ingredientes locales y foráneos haciendo una armonía perfecta.

Con el paso del tiempo se han enfrentado a distintas adversidades que ya superadas los consolidó como uno de los favoritos de muchos. El mensaje principal de todos los platillos es que no existen fronteras siempre y cuando haya amor en el discurso.

La magia que sucede al probar un mole preparado con masalas que combinan los aromas mexicanos, asiáticos y africanos es indescriptible. El menú en el lugar cambia de forma constante igual que nosotros: todo está en movimiento y constante mejora.

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