La comida, o el consumo de la misma al menos, no solo forma parte de la gastronomía, de las artes plásticas y del mundo de la cultura. También está inserta en el exótico y atractivo mundo de la moda.
El elegantísimo edificio parisino del Grand Palais fue la sede de una serie de importantes desfiles de moda que cada temporada se celebran y son una de las fechas más esperadas por artistas, hombres de negocios y medios de comunicación de todo el mundo. Esta vez el vanguardista y reconocido diseñador de moda Karl Lagerfeld, de 80 años de edad, presentó la colección de la casa Chanel en medio de una producción impresionante que simuló un supermercado.
[contextly_sidebar id=”f03c635d48d142e17163bd0f332609d1″]El museo que alberga el palacio fue completamente adaptado como un supermercado. Las modelos desfilaron a través de los pasillos de un supermercado entre paquetes de espagueti, latas de salsas, pan de caja, abarrotes, detergentes y otros productos. Las puestas en escena de los desfiles de moda parisinos siempre han sido arriesgadas y vanguardistas y esta vez Lagerfeld en relación a su montaje de supermercado señaló, “en la actualidad, para mí un supermercado es pop art”.
Las modelos desfilaron las elegantes prendas de la colección de otoño e invierno Chanel empujando carritos del súper y escogiendo productos de los estantes, así como generalmente escogemos champú, leche, cerveza o desodorante. Para acompañar el desfile, la música de fondo era ocasionalmente interrumpida con voces conocidas para todos como: “encargada de salchichería, pase a la caja nueve”.
No cabe duda que los franceses saben de diseño vanguardista.