Elegir el vino perfecto para acompañar una cena puede parecer abrumador, especialmente si no eres un experto en vinos. Con tantas variedades, regiones y sabores para explorar, es comprensible sentirse perdido en medio de una extensa carta de vinos. ¿Cómo puedes saber cómo debes elegir el vino perfecto para acompañar tu comida?

No te preocupes, esta guía está diseñada para ayudarte a desentrañar los misterios del maridaje y te brindará los conocimientos necesarios para tomar decisiones informadas y disfrutar al máximo de cada bocado y sorbo.

Una guía sencilla para comenzar a conocer de maridaje de vinos

¿Cuántas veces te has encontrado en un restaurante frente a una larga lista de vinos sin saber por dónde empezar? ¿O has estado en una tienda de vinos buscando el acompañante perfecto para una cena especial y te has sentido abrumado por la amplia selección disponible? Si te has sentido identificado, estás en el lugar indicado.

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Antes que nada, tienes que conocer los principios básicos del vino, sus sabores y por qué funciona con cada maridaje.

Reglas básicas del maridaje

Las reglas básicas del maridaje de vinos se centran en las combinaciones: acidez, azucares, alcohol, taninos. Estas indican que:

• Los vinos ácidos pueden compensar comidas grasas y hacer que las comidas parezcan más saladas.
• Los vinos tintos con alto contenido alcohólico deben acompañarse de comidas más fuertes, como la carne.
• Los vinos dulces van bien con comidas dulces o ligeramente saladas.
• Vinos tánicos van bien con comidas proteicas y grasas.

Resultados del maridaje

Cuando combinamos estos dos elementos, comida y vino, el resultado tiene sus propias características. Así, durante el maridaje pueden suceder diferentes resultados:

• La comida puede exagerar o reducir rasgos del vino.
• El vino puede anular las cualidades de la comida o ensalzar sus sabores.
• Algunas combinaciones pueden resultar en sabores desagradables.

Consejos para un buen maridaje

Por eso siempre debes de:

• Considerar los ingredientes y sabor de la comida al elegir el vino.
• Recordar los sabores de los vinos probados y leer las contraetiquetas para conocer maridajes recomendados.

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Cómo saber elegir el vino perfecto para tu cena

Ya nos aprendimos las reglas básicas que todo sommelier de vinos debe de conocer pero, ¿qué pasa si no conocemos etiquetas y no sabemos cuáles son los vinos buenos, bonitos y baratos que nos pueden acompañar? Para eso, te contaremos qué tipo de vino se lleva con cada tipo de comida.

• Carnes rojas: los vinos tintos con cuerpo como el Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec o Syrah son excelentes opciones para acompañar una buena carne roja.
• Carnes blancas: para las aves de corral y cerdo, los vinos blancos como el Chardonnay, Pinot Grigio o Sauvignon Blanc son ideales.
• Pescados y mariscos: el vino blanco es la elección obvia para acompañar los pescados y mariscos, pero si prefieres un vino tinto, un Pinot Noir ligero también puede funcionar bien.
• Salmón: ahora bien, si lo que quieres es maridar especificamente con un buen filete de salmón, se recomiendan vinos blancos de cuerpo medio a pleno, como Chardonnay o Pinot Gris. Estos vinos complementan los sabores delicados y grasos del salmón, aportando equilibrio y frescura al plato. También se puede considerar un vino tinto ligero como un Pinot Noir
• Comida picante: si la comida es picante, elige vinos que sean bajos en alcohol y que tengan sabores dulces o afrutados, como un Riesling o un Moscato.
• Cena vegetariana: Vino tinto ligero como Pinot Noir o vino blanco seco como Pinot Grigio.
• Antojitos Mexicanos: los vinos tintos suaves como el Tempranillo o el Malbec pueden resaltar los sabores ricos y picantes de los platillos. También puedes optar por vinos blancos frescos como el Sauvignon Blanc o el Verdejo, que complementan bien los sabores frescos y cítricos de la comida mexicana
• Quesos: los quesos blandos y cremosos como el Brie o el Camembert combinan muy bien con un vino tinto ligero como el Pinot Noir; los quesos duros como el Parmesano se llevan mejor con un vino tinto más fuerte como el Chianti o el Cabernet Sauvignon.
• Postres: los vinos dulces como el Moscato o el Riesling son perfectos para acompañar los postres dulces; los vinos fortificados como el Oporto o el Jerez combinan bien con postres más salados.

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Sin duda alguna, el maridaje de vinos es un arte que requiere exploración y experimentación. Si bien hay recomendaciones generales para cada tipo de comida, al final del día, lo más importante es que descubras tus propios gustos y preferencias. Cada persona tiene su propio paladar y lo que puede funcionar para algunos, puede no ser igualmente satisfactorio para otros y esto puede interferir a la hora de elegir el vino perfecto para cualquier cena.

No tengas miedo de probar diferentes combinaciones y explorar distintas opciones. La belleza del maridaje de vinos radica en encontrar esa combinación perfecta que te haga disfrutar al máximo de una copa de vino y de cada bocado de tu comida favorita.