A veces, tenemos antojo de algo diferente a los refrescos de siempre. Queremos una bebida que sea fresca, burbujeante y tenga un sabor poco común en nuestro paladar y que no necesariamente buscamos un cóctel. Es en estos momentos cuando la soda italiana se convierte en la opción perfecta para satisfacer ese deseo por algo nuevo.
Esta bebida refrescante se sirve comúnmente en los restaurantes y bares y es una manera fácil y deliciosa de refrescarnos en cualquier momento. La soda italiana no es más que una mezcla de agua gasificada y jarabe de fruta natural, que a pesar de ser una combinación simple se convierte en una opción muy refrescante y saludable para disfrutar en una tarde soleada o para variar las bebidas que acompañan tus almuerzos o break de media tarde.
En realidad, la soda italiana no nació en Italia como su nombre anuncia. Lo cierto es que fue inventada en Estados Unidos por inmigrantes italianos Rinaldo y Ezilda Torani, quienes en 1925, lanzaron su “refresco italiano” basado en una bebida carbonatada que se solía preparar en Milán. Esta receta rápidamente se convirtió en un éxito y fue imitado por la competencia.
El refresco italiano de Torani, que más tarde se conoció como soda italiana, se elaboraba a partir de agua carbonatada, jarabes de frutas y una pizca de crema. La bebida ganó popularidad entre la comunidad de italoamericana y se extendió rápidamente al resto del mundo.
Con el tiempo, la soda italiana se ha convertido en una bebida popular en todo el mundo, ofreciendo una alternativa refrescante y deliciosa a las bebidas gaseosas y otras bebidas carbonatadas y se ha convertido en una bebida popular y ampliamente disfrutada en todo el mundo.
Con su característica efervescencia y sabor suave, la soda italiana ofrece una experiencia única de sabor y textura que es difícil de encontrar en otras bebidas. Es una bebida tan deliciosa y versátil que puedes disfrutarla sola o mezclada con jarabes de frutas para crear una amplia variedad de bebidas con sabores distintos y refrescantes.
Si bien es cierto que puedes encontrar jarabes de frutas en cualquier supermercado, preparar tu propia versión de jarabe de frutas es una opción más saludable. Así tendrás el control sobre los ingredientes y la cantidad de azúcar que agregas. Al usar frutas frescas o congeladas, evitas los conservantes y colorantes artificiales que a menudo se encuentran en los jarabes de frutas comerciales.
Además, al hacer tu propio jarabe de frutas, puedes experimentar con diferentes combinaciones de frutas y ajustar la cantidad de azúcar para adaptarse a tus gustos personales.
Para hacer jarabe de fruta para la soda italiana, necesitarás:
Mezcla el jarabe de frambuesa y el agua con gas en un vaso alto lleno de hielo. Decora con frambuesas frescas.
En un mortero machaca suavemente un par de fresas y hojas de menta y ponlo en el fondo de un vaso alto. Mezcla el jarabe de fresa, el agua con gas y el agua en el vaso lleno de hielo. Decora con más hojas de menta fresca.
Mezcla el jarabe de manzana, el jengibre en polvo y el agua con gas en un vaso alto lleno de hielo. Decora con rodajas de manzana fresca y jengibre.
Mezcla el jarabe de mora azul y el agua con gas en un vaso alto lleno de hielo. Decora con moras azules frescas.
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