Si alguna vez has comprado espinacas frescas para una receta y te sobraron algunas hojas, es posible que hayas experimentado la decepción de encontrarlas oscuras, apelmazadas y babosas cuando intentaste usarlas más tarde. Para evitar que esto suceda, es importante saber cómo conservar las espinacas frescas y crujientes por más tiempo
Si ya has intentado de todo y tus espinacas siguen sufriendo los estragos del paso del tiempo y del calor, te compartiremos algunos consejos y trucos para conservar tus espinacas frescas y crujientes por más tiempo, de manera que puedas aprovecharlas en tus comidas y desayunos saludables durante toda la semana.
Desde la forma adecuada de lavar y secar las hojas hasta el almacenamiento correcto en el refrigerador, estos tips te ayudarán a mantener tus espinacas frescas y sabrosas por más tiempo, sin importar si las compraste en el supermercado, en el tianguis o en la tienda de productos orgánicos.
Las espinacas de bolsita son una opción conveniente y saludable para agregar a tus comidas diarias, pero no vale la pena que compres una gran cantidad si se te echarán a perder demasiado rápido. Para que no pierdas tiempo ni dinero y dejes de desperdiciar comida, te compartimos estos tips:
Es importante almacenar las espinacas de bolsita en el refrigerador inmediatamente después de comprarlas. Colócalas en la sección de verduras o en un cajón especial para mantener su frescura. Procura nunca mantenerlas fuera del refrigerador. Las espinacas son una hortaliza que resiste el frío, pero no el calor.
No olvides que una vez las espinacas son llevadas a refrigerar, tienes cinco días para comértelas. Después pueden quemarse y empezar a verse negras.
Las espinacas pueden estropearse rápidamente si están húmedas. Es mejor no lavarlas hasta que estés listo para usarlas. La humedad puede provocar la aparición de moho y otras bacterias que dañan las hojas. Si no tienes de otra y prefieres lavarlas y tenerlas listas para, no olvides secarlas y lavarlas de la forma correcta que te compartiremos más abajo.
Cuando almacenes las espinacas en una bolsa o recipiente de almacenamiento, asegúrate de sacar todo el aire de la bolsa o el recipiente antes de cerrarlo. El aire puede acelerar el deterioro de las hojas.
Algunas frutas y verduras emiten gas etileno, lo que puede acelerar el deterioro de las espinacas. Evita colocarlas cerca de frutas como manzanas, peras y plátanos.
Es importante revisar las hojas de espinacas periódicamente y deshacerse de aquellas que estén dañadas, marchitas o decoloradas. Esto evitará que las hojas en mal estado contaminen las hojas frescas.
Para mantener las espinacas frescas por más tiempo, es importante lavarlas y almacenarlas correctamente. Sigue estos pasos para lavar, secar y almacenar las espinacas:
Si eres de las personas prácticas que prefieren mantener sus verduras congeladas y racionadas para preparar tus jugos y smoothies más rápido en las mañanas, sin duda alguna puedes optar por congelar tus espinacas para poder aprovecharlas más tiempo.
Para congelar las espinacas:
Las espinacas congeladas pueden durar hasta 8 meses en el congelador. Para usarlas, simplemente sácalas del congelador y déjalas descongelar a temperatura ambiente o en el refrigerador. Puedes usarlas en tus recetas favoritas, como sopas, guisos o salteados.
Recuerda que las espinacas congeladas pueden ser un poco más blandas que las frescas, por lo que no son tan útiles para las ensaladas, pero aún así son una excelente opción para tener siempre a mano para otro tipo de recetas.