¿’Leche’ de almendras o leche de vaca? Si te has hecho esa pregunta en la fila del supermercado o mientras te sirves tu cereal favorito, esta información te interesa.
Porque cuando hablamos de leche, resulta que hay muchos mitos, creencias y frases publicitarias que nos pueden llegar a confundir.
Para que puedas tomar una decisión informada, platicamos con el doctor Carlos Rius, académico de la Facultad de Química de la UNAM; y con la doctora María del Refugio Torres Vitela, Jefa Departamento de Farmacobiología de la Universidad de Guadalajara. Esto nos contaron:
Lo primero que tienes que saber es que la palabra leche “se refiere a la secreción de las glándulas mamarias, por tanto, no puede ser sustituido este término o esta denominación por productos vegetales que se venden o se sustentan como leche en el comercio”, según nos aclaró la doctora Torres Vitela.
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Sí, lo verificamos y efectivamente, según la Norma Oficial Mexicana (NOM 243), leche es “la secreción natural de las glándulas mamarias de las vacas sanas o de cualquier otra especie animal, excluido el calostro”.
Así que para empezar la “leche” que se hace con coco, almendras, soya o cualquier otro grano o leguminosa en realidad no es leche, aunque se asemeja por su color y textura.
“La ‘leche’ de almendra, de coco o todas las vegetales no son sustitutos de leche, son sustancias que dan la apariencia de la leche pero realmente son extractos vegetales. No se puede reemplazar”, dice el doctor Rius.
Pero la diferencia entre la leche animal y los productos vegetales no sólo es la definición, pues resulta que no aportan lo mismo nutricionalmente.
El doctor Rius nos explicó que, por ejemplo, la “leche” de almendras aporta 10 veces menos proteína que la leche de vaca.
“250 mil litros de leche de vaca tiene en promedio de 8 a 10 gramos de proteínas. Es importante porque nos va a generar todas las enzimas y todas las proteínas que vamos a tener dentro de nuestro organismo”, explica Rius.
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Respecto a la grasa, el académico detalla que la “leche” de almendras y la de vaca tienen un contenido similar. “Tienen aproximadamente dos a tres gramos por vaso de 250 mililitros”.
Sobre el aporte de azúcares, el especialista señala que la leche de vaca tiene azúcares naturales, y la de almendra sólo aporta una cuarta parte de estos.
El potasio es otro elemento super importante para que funcione nuestro sistema nervioso, y la leche de vaca aporta el doble de lo que podemos tener tomando “leche” vegetal.
Además, la leche real aporta el calcio que ningún preparado vegetal puede igualar. Pero si no te gusta la leche de vaca no te preocupes, porque hay otros alimentos que también aportan calcio.
El doctor Rius nos explicó que algunas de las “leches” vegetales que se comercializan son adicionadas con todos estos elementos que le hacen falta. Pero en caso de que nosotros hagamos la “leche” casera, el aporte nutricional todavía es menor.
“La mayor parte de las proteínas va a estar en la pulpa, que es la que van a exprimir y la van a separar del líquido. Ese caldo va a tener una pequeña cantidad de azúcares y casi no va a tener vitaminas ni otro tipo de minerales”, explica.
“La verdad la leche es insustituible, salvo que no le guste, tenga alergias o sea intolerante a la lactosa, no hay razón para que la sustituya y tampoco habría razones para tener que estar consumiendo esas cosas que venden como ‘leche’ vegetal”, señala la doctora Torres.
Eso no significa que no podamos tomarla si realmente disfrutamos beber ‘leche vegetal’. Pero los especialistas recomiendan revisar a detalle las etiquetas para saber si necesitamos obtener otro tipo de nutrientes en otros alimentos, o si tienen una cantidad de azúcar muy alta que nos pueda perjudicar.
Un punto para la “leche” de almendras es que a diferencia de la leche de vaca contiene naturalmente vitamina E. De acuerdo con el doctor Rius, 100 gramos de almendra aportan 24 miligramos de vitamina E.
Eso es bueno porque, de acuerdo con la Clínica Mayo, la vitamina E “es un nutriente importante para la visión, la reproducción y la salud de la sangre, el cerebro y la piel”.
Además, tiene propiedades antioxidantes que pueden proteger las células contra los efectos de los radicales libres.
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Los radicales libres son moléculas que genera el cuerpo al descomponer alimentos, exponernos a radiación o al humo del tabaco, y no son nada beneficiosos, pues podrían influir en problemas cardíacos, cáncer y otras enfermedades.
Aunque el proceso que se sigue al colar las almendras para hacer “leche” puede hacer que esta ventaja se vea reducida, y lo mejor sea comer almendras enteras.
El doctor Rius nos explicó que en el caso de la leche de coco, esta tiene alto contenido de grasas saturadas, las cuales favorecen al depósito de colesterol en las arterias.
“La de coco tiene además el inconveniente de que tiene alto contenido de grasas saturadas que son las que están ligadas en riesgo de enfermedades cardíacas”, dice también la doctora Torres, quien agrega que este preparado no tiene proteínas.
La doctora Torres explica que hay muchas personas que toman estos preparados vegetales con la idea de que es un producto que ayuda a bajar de peso. Pero contrario a lo que se cree:
“No tiene nada que los adelgace, lo que pasa es que están ingiriendo menos nutrientes. Si están sustituyendo a la leche con esas cosas, entonces quiere decir que no están ingiriendo nutrientes y obviamente eso no va a impactar en un incremento en su peso. Pero no es la mejor alternativa para nuestra nutrición”, explica la especialista.
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Por el contrario, la doctora señala que “hay estudios donde se ha demostrado que la grasa de la leche ayuda a degradar la grasa que está almacenada en el cuerpo”. Es decir, la leche no engorda.
Por ejemplo, nos encontramos este estudio disponible en PubMed que revisó el caso de mil 782 hombres de entre 40 y 60 años. Concluyó que “un alto consumo de grasas lácteas se asoció con un menor riesgo de obesidad central y un bajo consumo de grasas lácteas se asoció con un mayor riesgo de obesidad central”.
El doctor Rius explica que en los adultos ya no se requiere tanta introducción de proteínas a través de un solo alimento, pues además de leche comemos carne, vegetales, e incluso podemos tomar algún tipo de suplemento si lo necesitamos.
Por lo que si queremos sustituir la leche de vaca por “leche” vegetal no tendríamos mayor problema. Siempre y cuando no se trate de un producto con exceso de azúcares, lo cual se puede comprobar en el etiquetado de los alimentos.
Pero durante la infancia, “no es recomendable sustituir la leche”, dice Rius. El experto destaca que, de hecho, durante los primeros dos años de vida, la lactancia materna es super importante porque “tiene la vitaminas, proteínas y azúcares que los bebés van a requerir”.
“La leche es un alimento básico básico en los primeros años de la vida y si usted puede al niño no darle nada más que leche es una maravilla”, señala la doctora Torres.
Aquí vale la pena aclarar que, de acuerdo con la Academía Mexicana de Pediatría: “la leche de vaca no es recomendable para los lactantes menores de 12 meses, debido a su contenido excesivo de proteínas, su carencia de algunas vitaminas y algunos minerales como el hierro, que son compuestos fundamentales para garantizar un adecuado desarrollo físico y cognitivo del ser humano.
Entonces, si eres adulto y no eres fan de la leche, pero sí del cereal, puedes usar el preparado vegetal que más te guste. Aunque debes ser consciente de que la leche no se puede reemplazar y tendrás que equilibrar tu dieta con otros alimentos.
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