Redondita, crujiente y con una textura cremosa. Puedes encontrarlo en galletas o, incluso, ser el origen de un queso vegano. Así de versátil es la macadamia y una de las mejores noticias es que también es buenísimo para tu salud.
Este fruto seco es originario del continente australiano y, aunque existen varias especies de la misma familia, solo son comestibles cinco y todas crecen en árboles que, por cierto, tienen unas flores color blanco que visten los bosques tropicales. Llegó a México durante el Virreinato y hoy se cultiva en lugares húmedos, como la sierra de Puebla.
No solo es bonita y rica; la nuez de macadamia es una bomba de beneficios. Lo más importante en su contenido nutricional son los ácidos grasos, esos que también llamamos grasa buena. Estas sirven para el buen funcionamiento cerebral y para construir tejido adiposo.
¡No te preocupes! Al contrario de como sucede con las trans, estos lípidos sí bajan los niveles de colesterol y además, en una dieta equilibrada, fomentan la pérdida de peso pues evita el estreñimiento.
La mejor forma de aprovechar los ácidos grasos de cualquier fruto seco es tostarlas un poco antes de usarlas. No hace falta que estén completamente dorados, solo calienta un poco para que salgan todos los beneficios. Otra cosa importante es activarlos en agua caliente un par de horas, los expertos dicen que también se extraen así más y mejores nutrientes.
A nosotros nos gusta disfrutar de su sabor en un trail mix; es decir, mezclarlas con otros ingredientes como las almendras, las nueces pecanas, arándanos y pasas. Sazona un poco con sal y lograrás una botana súper saludable y llenadora pues todas las nueces dan sensación de saciedad.
Otro uso es en repostería: agrégalo a tu masa de galletas o colócalo en crumble encima de tu pay de queso.