¿Sientes que te derrites y solo se te antoja un ceviche o una bola de helado? ¡Calma! La solución para refrescarse está exactamente del otro lado de las opciones. Resulta que, tal como lo predijeron tu mamá o tu abuela, comer caldos, sopas y bebidas calientes sí quitan el calor.
¡Agárrate con el caldito de camarón, el mole de olla o un americano bien cargado!
Hay tres razones principales por las cuales este fenómeno sucede.
La primera tiene que ver con la temperatura corporal y un fenómeno físico llamado equilibrio térmico. De acuerdo con estudios publicados por la Universidad de Ottawa, al introducir al cuerpo humano una bebida caliente, su temperatura sube, de modo que se empareja con el ambiente.
Esto lleva a la segunda razón por la cual se quita el calor: la sudoración. En el momento en el que el organismo sube de temperatura, hay un estímulo que provoca que sudemos y eso puede dar una sensación de refresco al contacto con el aire del ambiente. Cuando el sudor se evapora de la piel, la energía se absorbe en el aire como parte de la reacción y el cuerpo se refresca.
Hay un truco: el efecto surge también cuando la ropa ayuda a la evaporación del sudor. Si tienes puesta una chamarra impermeable, lamentamos decirte que el caldito, sopa o bebida caliente que tomes no te quita el calor.
Otra cosa importante a considerar. El doctor Román Mielé, endocrinólogo del Hospital ABC, platica que también la sensación de calor y refresco al comer o beber cosas calientes para quitar el calor tiene que ver con los ingredientes que se usaron.
El chile, por ejemplo, da una sensación de calor que estimula la sudoración. Si tomas una sopa picante en un día de calor, es posible que las primeras reacciones sean incómodas pero en un lapso de 5 o 10 minutos cualquiera está fresco.
También influyen la sal, la grasa y el azúcar. La primera tiene que ver con la retención de líquidos, que permitirá que el cuerpo incremente su temperatura de manera más fácil y se adapte al ambiente. El azúcar -y los carbohidratos, en general-, por su parte, son calor puro: su aporte de energía inmediata hará que tu cuerpo tenga el efecto contrario y no haya poder humano que te refresque.