El pollo es uno de los ingredientes más versátiles de la cocina, y más cuando está deshebrado pues con él podemos crear un sinnúmero de recetas. ¿Qué tienes a la mano en la alacena? Eso es todo lo que necesitas para hacer con él una comida de campeones.
Las aves son una de las proteínas más aclamadas en la cocina mexicana; de acuerdo con la Unión Nacional de Avicultores, el consumo de pollo al año es de 33.2 kilos al año por persona así que, si comemos tanto ¿por qué no variarle a la clásica pechuga asada?
Vamos por partes. Casi todas las partes del pollo se pueden deshebrar; sin embargo, es más común -y fácil- cuando se obtiene de la pechuga cocida.
Tradicionalmente se cocinaba en caldo, se quitaba la piel y con las manos comenzaba la tediosa labor.
Aquí hay un truco: el sabor de la carne se irá al fondo y el del fondo a la carne, así que te recomendamos agregar mucha sal, hierbas aromáticas y vegetales como zanahoria, apio y cebolla.
Hoy en día hay trucos como las batidoras eléctricas que hacen el proceso mucho más sencillo. ¿Quieres intentarlo? coloca la pechuga completa en un tazón, prende la batidora y deja que la magia suceda ante tus ojos.
La más clásica de la cocina mexicana. Consiste en guisar la carne en un caldillo de jitomate, cebolla, ajos y chile chipotle. El resultado es fantástico para poner en tostadas y bañar de crema y salsa verde cruda. Da clic en la imagen para ver la receta paso a paso.
¿Quién dijo que el pollo solo podía comerse calientito? Esta -y muchas otras recetas- prueban lo contrario y es que, además de ser sabrosísimo cuando humea, también es fresco al servirse con una ensalada.
Mezcla una pechuga deshebrada completa con tres cucharadas copeteadas de mayonesa y una de crema ácida. Pica finamente un cuarto de cebolla y media lechuga orejona. Sazona con sal y pimienta y agrega dos manzanas verdes en cubos. Así de fácil y rico.
Esa salsa dulzona con toques de salsa de soya que nos encanta de la comida china claro que es posible replicarla en casa. Nos gusta prepararla para acompañar el pollo deshebrado, y esta es de las recetas que deslumbra por su facilidad.
En un recipiente, mezcla un tanto de salsa de soya y la mitad de esa porción de miel. Agrega sazonadores como jengibre, hojuelas de chile y aceite de ajonjolí hasta que se integre todo y el sabor te guste. Termina con una cucharadita de fécula de maíz y asegúrate de que no haya grumos.
Calienta una sartén, vierte la salsita y encima el pollo deshebrado. Deja que espese, acompaña con arroz frito y ahora sí, ¡disfruta de la comida!
En el mundo entero, las fajitas son un símbolo de cocina mexicana que a cualquiera puede cautivar cuando están bien cocinadas. Son más bien de origen Tex Mex y su preparación es bastante sencilla.
Nos encantan con pimientos morrones de colores, cebolla y jitomate. Da click en la imagen para ver una de las mejores recetas con pollo deshebrado.
Si tienes una cena especial o solamente quieres comer sabroso y un poco más elaboradito, esta es la preparación para ti. Consigue pasta de hojaldre -se vende en los súpermercados o acá te explicamos paso a paso cómo hacerla– y estírala en un recipiente apto para horno.
Limpia cuatro chiles poblanos y escurre una lata de granos de elote. Mézclalos en un recipiente y agrega una pechuga de pollo deshebrada; termina con 250 gramos de queso asadero o tipo manchego rallado y una taza de crema.
Vierte todo encima de la pasta de hojaldre y espolvorea más queso encima. Hornea por 25 minutos a 180ºC o hasta que se dore por la superficie.
Nunca creerías que el pollo deshebrado sería tan fresco como en estas recetas. Aquí puedes utilizar los granos que quieras y a nosotros se nos antojó hacerla con arroz integral, salvaje, lentejas y un poco de garbanzo.
Mezcla todo lo anterior con una pechuga deshebrada y pica finamente un pepino y un pimiento rojo. Intégralo y aliña con dos cucharadas de vinagre balsámico o de manzana y cuatro de aceite de oliva. ¡Ta rán!