Conseguir el pescado frito perfecto debería ser fácil, ¿no es así? La realidad es otra: que quede crujiente por fuera, suave por dentro y con un sabor uniforme en ambos lados tiene su ciencia, y aquí te vamos a contar cómo conseguirlo.
Cómo preparar el pescado frito perfecto
- Secar muy bien el pescado, ya sea fresco o congelado. Además de que cualquier resto de agua puede hacer que el aceite salte cuando lo prepares, la humedad ocasiona que quede cocido pero no bien frito. ¿La solución? Dejarlo secar sobre papel absorbente o una toalla de tela, cuidando de voltearlo.
- Utilizar trozos de pescado no muy grandes. De esta manera controlarás mejor la cocción y evitarás que la temperatura del aceite baje cuando cocines.
- Usar harina para un acabado extra crujiente. Para un acabado crunchy usa harina, si es de garbanzo, mucho mejor. Colocar el pescado sobre una cama de harina y retirar el excedente. Voltear y repetir el procedimiento.
- Freír con aceites vegetales de oliva, virgen o de girasol. Cualquiera es apropiado para hacer pescado frito, pero si quieres un sabor más mediterráneo, definitivamente usa el de oliva.
- El aceite debe estar limpio, de lo contrario, alterarás el sabor de tu pescado.
- El pescado debe sumergirse completamente en el aceite para que la fritura quede perfecta.
- Freír el pescado a temperatura alta y durante poco tiempo. Asegúrate de que el aceite esté a una temperatura alta (de 180 a 210ºC) y no te pases con el tiempo de cocinado. Entre 30 y 60 segundos de cada lado es lo ideal.
- Eliminar el exceso de aceite después de freír. Inmediatamente después de freír pescado, colócalo sobre papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
- Asegúrate de salarlo por dentro y por fuera. Si vas a cocinar ejemplares completos, asegúrate de salpimentar tanto la parte exterior como la interior. O también puedes sumergir el pescado en agua con sal durante una hora, escurrir bien y freír.
- Y si lo quieres empanizado, aquí te damos 10 tips para el empanizado perfecto.