Porque todos los ingredientes pueden tener segundas oportunidades para ser deliciosos aún después de frescos, hoy te enseñamos a aprovechar el pan que te sobró con esta receta de capirotada.
¡Dale play al video!
Este postre es muy común durante la Cuaresma y cada quién tiene su receta, acá te compartimos la nuestra:
Para la miel
Para decorar
Primero que nada, corta en rebanadas gruesas dos piezas de pan; de aproximadamente un centímetro y medio de espesor.
Calienta una sartén con manteca y aceite vegetal y fríe ahí cada pieza hasta que dore por ambos lados. Escurre sobre papel absorbente y reserva.
La miel es todo el chiste de este postre: debe ser dulce, sí, pero no demasiado para que no empalague.
Disuelve un cono de piloncillo en un litro de agua y agrega un cuarto de cebolla y un jitomate cortado en cubos grandes. También dos dientes de ajo completos.
Para dar un aroma como a casa, agrega una raja de canela, tres clavos, la piel de una naranja y una pizquita de anís.
Cocina todo a fuego muy bajito, durante 20 minutos, apenas para que todo se incorpore y se forme el almíbar. Retira del fuego y cuela.
Lo que sigue es acomodar las rebanadas de pan frito sobre un plato hondo. Corona con un puño pasitas, almendras fileteadas y cualquier fruto seco que te guste para dar textura.
Baña con la miel y repite el procedimiento. Al final, ralla un poco de queso añejo para dar un contraste de sabor que te sorprenderá. ¿Quieres un toque de acidez? ¡Agrega una fresa fileteada!
¡Que disfrutes esta receta de capirotada!
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