Tu batería de cocina es de lo más preciado que hay en tu casa, y saberlo cuidar es primordial para que te dure para toda la vida. Sin darnos cuenta, de pronto los sartenes y ollas se llenan de manchas negras o cafés que urge quitar y por más que tallamos, nada parece vencer a la grasa quemada.
Empecemos por lo básico… ¿Por qué se ponen negros los sartenes y ollas de la cocina? La mayoría de esas manchas no son nada más que grasa que, al entrar en contacto con el calor o fuego, se quema e impregna en la superficie. En otros casos también pueden ser azúcares o carbohidratos pegados (sucede cuando haces palomitas en sartén) y resulta un verdadero martirio dejarlo limpio.
Tres formas de quitar la grasa quemada de las ollas y dejarlas como nuevas
La primera tiene que ver con el esfuerzo físico, agüita, desengrasante -ese que usas para la estufa- un buen jabón lavatrastes y una fibra metálica.
Primero, rocía un poco de desengrasante por la superficie que quieres limpiar y espera unos minutos. Te recomendamos utilizar guantes porque estos líquidos suelen irritar la piel.
Posterior a eso, moja un poco la fibra metálica y pon en ella un poco de jabón para trastes. Comienza a tallar sin tanta fuerza haciendo círculos sobre la mancha. Conforme desaparezca la mancha, incrementa la presión con la que tallas y después enjuaga. En caso de que no quede del todo limpio, repite la operación; si lo lograste, enjuaga muy bien y lava de forma normal.
El siempre cumplidor bicarbonato
Nos encanta porque sirve para todo ¡desde un malestar estomacal hasta esponjar un pastel! Este producto es maravilloso por una sencilla razón: su pH. Este indicador divide el mundo entre ácidos y básicos, lo cual es importante cuando queremos hacer una reacción química eficiente para limpiar, cocinar y curar algunas cosas.
El procedimiento es sencillo. Primero lava tus ollas o sartenes a los que quieras dejar como nuevos y quitar las manchas de grasa quemada como lo haces regularmente. Posterior a eso, sirve un poco de bicarbonato sobre toda la superficie sucia y después vierte un poco de vinagre blanco o limón.
El ácido -que es el vinagre- sirve para cortar la grasa y la base para hacer que se ponga a trabajar.
Verás burbujas, muchas. Este fenómeno químico -llamado neutralización- equilibra las propiedades y pH de cada uno de las sustancias utilizadas dando como resultado dos cosas: sal y agua. Quizás esto no es tan relevante a la hora de limpiar pero cuando el burbujeo cese eso es lo que quedará de tus ingredientes.
Talla con una fibra -preferentemente de metal para que no sufras- y y lava como lo haces regularmente. ¿Magia? ¡No! ¡Química!
Agüita caliente para el corazón
Y en definitiva, para las ollas y sartenes pequeños. Cuando la grasa no está taaaan impregnada -esto lo sabes por el color de la mancha y en esta ocasión es café- funciona perfecto sumergir el elemento en cuestión en agua caliente.
Esto quiere decir que si tienes la base de una olla sucia, basta sumergirla en una sartén o otra olla de mayor diámetro que tenga agua suficiente para cubrir la mancha; sirve mucho agregar a esa agua una rodaja de limón porque, igual que sucede con el vinagre, los ácidos cortarán harán más fácil de desprender la grasa. Déjala en el fuego hasta que se formen burbujas del tamaño de una canica.
Cuando esto suceda, lava con agua caliente y jabón.
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