¿Quién se resiste a la cocina italiana? ¿Y quién no cae rendido ante los encantos de la Ciudad de la Eterna Primavera? Anticavilla unió estos dos encantos en un hotel boutique cuyo restaurante vale la pena por sus ingredientes, sus técnicas y el espectacular diseño de Bernardo Gómez Pimienta.
En una antigua hacienda de la época de la colonia vive este proyecto que se modernizó con la intención de consentir a sus comensales habituales pero también explorar las nuevas propuestas gastronómicas. El chef ejecutivo se llama Edher Cervantes pero es todo el equipo el que logra que la magia se vuelva realidad.
Al llegar, notarás armonía perfecta entre la naturaleza del jardín y el diseño contemporáneo que acoge a todo aquel que quiera llegar a pasar un buen rato.
Para arrancar sugerimos pasar al área de bar para refrescarse con un Aperol Spritz; en la carta hay opciones que sirven para botanear como el clásico melón con prosciutto o higos caramelizados con queso mascarpone y reducción de balsámico.
Ya entrados en calor, ahora sí pasemos a la mesa.
La cocina tiene un ventanal por el cual vale la pena asomarse y ver al equipo trabajar. Ahí se preparan las pastas desde cero, se embuten algunos productos de charcutería y también se elabora el pan que se pone en cada una de las mesas.
En un abrir y cerrar de puertas pasan carritos con platillos que dejan ver mucho esmero en su preparación y montaje y que además sirven como inspiración si uno no sabe qué pedir. La carta es vasta y la recomendación principal es comer lo que tenga producto local.
De entrada hay una burrata elaborada en casa que se acompaña con cítricos y su reducción. La porción es perfecta compartir pero la combinación de sabores es tan buena que vale la pena pedirla para una sola persona.
Otra opción son los betabeles -provenientes de un huerto en Tepoztlán- que presenta diferentes matices en texturas y notas aromáticas. Por un lado, lo crujiente de unas nueces tostadas y por otro, hojitas de hierbabuena, queso de cabra de Huitzilac y col morada ahumada. Un plato redondo y completo.
Como en todo restaurante de cocina italiana, a la pasta hay que hacerle caso. Hay varias opciones y todas cumplen pero dos son sobresalientes. La primera se trata de unos tortellinis con mantequilla de limón eureka y salvia. Espectaculares.
La otra opción, igual de ganadora y más vistosa en el plato son unos caramele con zanahorias rostizadas y una salsa de mantequilla avellanada. Una gozada.
Para los aficionados al pescado ¡tenemos buenas noticias! Una de las mejores ventrescas de atún se prepara en la cocina de Anticavilla. Se sazona con una combinación de perejil, limón eureka, cebollín y aceite de oliva, al tiempo que acompaña un puré de pimientos ahumados que recuerda a la muhammara árabe.
La combinación del plato es todo un espectáculo de sabores, aromas y texturas. La suavidad del atún es algo de no creerse y claro, el ronqueo forma parte de las actividades del equipo de cocina y por ello saben sacar provecho de los mejores cortes.
La opción carnívora es una costilla corta o short rib que se brasea durante ocho horas a fuego bajito, con la intención de que la carne sea suave y el glaseado, perfecto. El ganado también es morelense y de libre pastoreo así que la calidad es excelente.
Lo acompaña un trozo de pancetta, puré de papa, coliflores salteadas y papas en laja. Es un pretexto perfecto para disfrutar la intensidad de la carne roja y las hortalizas morelenses.
Después de este banquete… aún queda lo mejor.
El postre insignia del chef Cervantes en Anticavilla no es un tiramisú, como sería lo lógico en un restaurante de cocina italiana. Sin embargo, tomó los elementos de este clásico para hacer algo más original pero igual de bueno.
El bizcocho es de cacao y se hidrata con café espresso; en en medio hay un poco de mousse de chocolate con leche y gelée de café. En la parte superior una crema de queso mascarpone, pétalos de pensamiento, salsa de caramelo y sal Maldon. Es la imagen perfecta de lo que, estamos seguros, se convertirá en uno de los favoritos por sus contrastes y complementación.
Dirección: Río Amacuzac #10, Esq. Chilpancingo Col. Vista Hermosa
Visita aquí la página web del hotel
Instagram: @anticavillahoteloficial