René Redzepi se convirtió en el estandarte máximo de la cocina mundial cuando Noma, su restaurante, ocupó por dos años el lugar de honor en la lista de los 50 mejores de San Pellegrino. Podríamos pensar que todo ha sido color de rosa para él, pero no fue así.
El primer día de clases en la escuela de gastronomía, Redzepi, de entonces 15 años, tenía que encontrar una receta y ejecutarla unas horas más tarde. Se metió a la biblioteca a buscar inspiración entre libros y revistas. Surgieron platillos con nombres complicados y desconocidos pero al final encontró una preparación de pollo que le recordó su comida favorita de la infancia.
¿Qué rumbo debía tomar ahora que su local estaba nominado a la lista de San Pellegrino?
Hace 11 años una llamada guió a René hasta el local, donde supo de inmediato, comenzaría carrera y lo que comenzó como un modesto lugar se convirtió en el mejor restaurante del mundo. Sin embargo, junto con el reconocimiento de sus platillos llegaron también las dudas y el estrés.
¿Qué rumbo debía tomar ahora que su local estaba nominado a la lista de San Pellegrino? ¿Tendría que usar cubiertos de plata en el servicio de mesa? ¿Debería vestir a sus meseros con corbata de moño y volverse un restaurante elegante? No sabía.
Sobre un escenario oscuro, con una única luz apuntando sobre él, Redzepi se confesó a los asistentes de Mesamérica. Reveló la angustia que le invadió luego de ser nominado por primera vez a la lista. Revivió la duda y depresión que cayerón sobre él. pero en México encontró una respuesta a sus preocupaciones.
Ahí, con taco y cerveza en mano, tuvo una epifanía: decidió que no pondría cubiertos de plata.
Llegó a México en 2006. Al aterrizar en Mérida, y como todo extranjero recién llegado, no resistió la tentación de comer tacos al pastor. Ahí, con taco y cerveza en mano, tuvo una epifanía: decidió que no pondría cubiertos de plata. Lo que le interesaba era hacer feliz a la gente, no los formalismos. Si su comida favorita de la infancia era un pollo que había comido con la mano en Macedonia, eso necesitaba y funcionaría.
“Una buena comida marca la diferencia entre mantener el cuerpo y realmente vivir”
¿Por qué mantener la comida simple? Porque “te llena con recuerdos y hace la vida divertida“. Así, antes de abandonar el escenario, recordó a los asistentes su máxima culinaria: “Una buena comida marca la diferencia entre mantener el cuerpo y realmente vivir”. Nada más cierto.
René Redzepi on the Story of Noma from Phaidon on Vimeo.
Por Guillermo Ysusi