Esa consistencia cremosita y los aromas a especias de una buena receta de arroz con leche lo vuelven el postre favorito de muchos. Aprende a cocinarlo en casa, es más fácil de lo que crees.
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Primero que nada, hay que lavar el arroz. En una coladora grande, coloca todos los granos y enjuágalos en agua fría para que suelte todo el almidón que le sobra y no quede aglutinado.
Sirve el agua en una cacerola y pon todo el arroz con el cubito de mantequilla y la raja de canela. Deja que se cueza por 15 minutos o hasta que esté completamente seco.
En una cacerola aparte, pon a hervir a fuego bajito la leche de vaca, la condensada, la evaporada, la piel de naranja y la vainilla. Mueve constantemente para que no se queme o se pegue.
Cuando el arroz esté completamente cocido, apaga el fuego y deja reposar. Te darás cuenta de que tomó los aromas de la canela y es esto, parte de la magia del postre. Como ya cumplió su función, retira la ramita.
Retira también la piel de naranja de la mezcla de leches y comienza a incorporarlo a la cacerola donde tienes el arroz. Mezcla y asegúrate de que quede un poquito más líquido de lo que te gusta porque todavía falta una última cocción.
Prende el fuego muy bajito y deja que los sabores se integren. En este punto puedes agregar pasitas, que darán un toque extra de dulzor al postre.
Pasados 10 minutos, apaga el fuego y deja reposar aproximadamente 20 minutos. Cuando lo notes espeso y suficientemente frío, sírvelo en un plato hondo.
Decora con un poquito de canela molida, algo más de pasas y ahora sí, ¡tu postre está listo!
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