¡Qué rico y práctico es el pastel azteca! Para tus visitas o para la hora de la cena, chécate esta receta hecha con chile poblano.
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Primero que nada, pon a cocer la pechuga de pollo en un litro de agua con suficiente sal de grano a fuego alto durante media hora. Saca y deja enfriar. ¡No tires el caldo! Puede servirte para sopas o para hacer rendir la salsa.
Tatema los chiles hasta que se pongan completamente negros. Guarda en una bolsa de plástico para que suden y reserva durante 20 minutos.
Quita la piel, ábrelos y también retira las venas, corazón, semillas y tallo. Uno de los chiles córtalo en rajas y reserva, los otros dos colócalos en la licuadora.
Junto a ellos incorpora la crema, el requesón, la cebolla y los tomates. Mezcla hasta que quede una salsa tersa y aterciopelada. Si la notas muy espesa, agrega un poquito de caldo de pollo.
Calienta una olla a fuego alto con un poco de aceite y sirve ahí. Baja el fuego al mínimo y deja que se cocine lentamente.
Deshebra la pechuga de pollo, desgrana el elote y junto con las rajas del chile que apartaste incorpora a la salsa.
Apaga el fuego y reserva. Mientras tanto, precalienta el horno a 200°C.
En otra sartén, sirve un poquito más de aceite. Pasa las tortillas rápidamente y una por una para que se ablanden y tomen sabor.
Ahora sí, ¡a armar el pastel azteca!
En el fondo del refractario, coloca una primera capa de tortillas. Después toca el turno del queso: asegúrate de cubrir bien.
Sirve la mezcla de ingredientes y cubre con otra capa de tortilla. Sigue más queso, relleno, tortillas y así hasta llenar el molde. Termina con una capa de queso.
Hornea durante 20 minutos o hasta que dore por la parte de arriba. Saca, corta y estará listo para servir.
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