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Seguro esos kilómetros de la mañana, la clase de spinning o la larga caminata con tu perro te dejaron con hambre. Ahora imagina cómo se siente un atleta después de 6 horas de entrenamiento en la pista o la alberca.

Los deportistas de alto rendimiento comen hasta seis veces las calorías diarias recomendadas para un adulto. Pero no hablamos de comer 20 donas o 4 pizzas. 

La cantidad y calidad de energía que se obtiene a través de la comida es muy importante para asegurar un buen desempeño. Debe contar con un régimen firme y diseñado por un experto, de tal suerte que asegure también la salud mental y física, aunque poner foco a esto no era tan relevante hasta hace relativamente poco. 

¿Cómo se diseña un plan nutricional de este tipo y por qué es tan importante prestarle atención? ¿No es suficiente aplicar solo los principios básicos de la nutrición y comer de forma equilibrada? 

La respuesta, según Norma MacMillan, autora del libro Nutrición Deportiva, es no, porque el aporte energético es tan solo una variable básica en un plan nutricional. Además, se debe prestar atención a características específicas de las personas como la velocidad de digestión, la composición corporal y el aporte selectivo de nutrientes según sus entrenamientos.

El inicio de una tendencia: la comida del tiburón de Baltimore

En Beijing 2008 comenzó a sonar un nombre que hoy es leyenda: Michael Phelps. Entrenamientos diarios de seis horas en la alberca y unos brazos más largos y poderosos que el resto parecían ser razones suficientes para construir al máximo ganador de medallas de oro en la historia de las olimpiadas, hasta que salió a la luz algo más: su impresionante régimen alimenticio.

Diez mil calorías -aproximadamente cinco veces más de lo que un adulto con sus características debe consumir- era la energía que el tiburón de Baltimore necesitaba diariamente para compensar sus actividades como deportista de alto rendimiento. 

Eso sí, diez mil calorías con un truco: nada de grasas saturadas ni comida chatarra, solo carbohidratos vegetales y animales lo menos procesado posible para absorber mejor los nutrientes y que su cuerpo pudiera aprovecharlos.

No se valía hacer trampa: a pesar de que los lácteos, las harinas refinadas y el azúcar son elementos permitidos y necesarios para cumplir con este requerimiento calórico, también fue importante en la trayectoria de Phelps incluir en sus menús granos enteros como la avena, frutas ricas en carbohidratos y grasas vegetales tales como el aguacate o el ajonjolí.

No hubo dietas milagro, ni súperalimentos y mucho menos keto. El secreto consistió en una planeación adecuada y la disciplina para ponerla en práctica.

¿Es demasiada comida? Sí. ¿Cubría las necesidades de Phelps? También. Barbara Lewin, especialista en nutrición para deportistas con más de 20 años de experiencia, explica que si la actividad física es intensa debe de haber un consumo importante de calorías, al tiempo que haya asesoría también por parte de un cardiólogo para prevenir desequilibrio y enfermedades.

El comedor de la Villa Olímpica

Más de quince mil atletas llegaron a Tokio con la esperanza de ganar alguna medalla. Todos con requerimientos alimentarios distintos aunque con similitudes en el fondo. El servicio de comida tiene 700 opciones diferentes de comida y está abierto y disponible las 24 horas del día, este año con precauciones adicionales para evitar focos de contagio.

Foto: Wang Zijiang/Xinhua, Getty Images

Y no, sus mesas no solo tendrán sushi, yakimeshi y nigiris; de hecho, el país sede se encarga de tener opciones que satisfagan la mayoría de los hábitos alimenticios del planeta y así no se descompense nadie.

María Teresa Rugerio, exatleta de alto rendimiento que compitió en el equipo de relevos al que también pertenecía Ana Gabriela Guevara en las olimpiadas de Beijing 2008, cuenta a Animal Gourmet cómo es el comedor olímpico. 

Hay todo lo que te imaginas: frutas de todas, cereales, barritas, huevos, sándwiches, pizza: en realidad cualquier cosa que necesites para que tu comida sea adecuada y puedas rendir sin problemas; además de eso, las delegaciones de cada país están autorizadas para llevar consigo a sus nutriólogos, cocineros y en algunos casos hasta ciertos ingredientes endémicos o suplementos.

La hidratación también es un punto importante y, en la Villa Olímpica de Tokio hay incluso dispensadores de agua y electrolitos seguros contra COVID para satisfacer las necesidades de todos los participantes.

Diseñar un plan sobre qué comen los deportistas: labor digna de medallas

La Comisión Nacional de Deporte, asegura Rugerio, lleva un control de la condición física de todos los miembros de la delegación de atletas que asisten a cada emisión de Juegos Olímpicos. Todos los días se revisan el peso y talla de cada uno y también hay áreas específicas de nutrición, consulta médica y orientación en la salud mental. Para la primera, es decisión de cada equipo o atleta tomar lo que se ofrece desde el organismo o buscar asesoría por su lado.

El régimen de Phelps, o de Rugerio, Guevara, Pacheco o cualquier persona que realice deportes en un margen de alto rendimiento solo es apto para alguien con sus características aunque aunque debe ser fundamentado científica y nutricionalmente.

Antes de Beijing 2008 no estaban en tendencia temas  como los superalimentos o los ayunos intermitentes -estos últimos inviables en un estilo de vida donde hay actividad física de alto rendimiento- así que el plan nutricional para deportistas consistía en comer de todo y mucho para tener buenos resultados. En palabras de Rugerio, era una forma más completa y con menos mitos para mantenerse en óptimas condiciones.

¡Manos a la obra!

Alonso Córdova, nutricionista y académico de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, nos habla sobre la forma en la que se diseñan los regímenes sobre qué comen los deportistas: primero se hace un balance aparente general de cada uno considerando peso, estatura y edad.

Posterior a eso, es importante calcular el gasto calórico por actividad física, es decir, cuánta energía necesita el cuerpo para realizar estas actividades sin desestabilizarse; para eso hay estimados de acuerdo a la actividad de cada uno pues no es lo mismo correr que hacer natación, halterofilia o tiro con arco. 

Ya con eso se diseña un plan de acuerdo a sus tiempos de entrenamiento y hábitos previos de alimentación donde se valora si, por ejemplo, un atleta vegano tiene el mismo desempeño con ese estilo de vida o si requerirá suplementos de algún nutriente. En esta última etapa también se marcan horarios específicos de comida para que el cuerpo nunca se desestabilice.

Aunque las dietas para estos perfiles se deben basar en ingredientes completos, naturales y lo menos procesado posible, también hay cabida a algunos pecaditos siempre y cuando no se conviertan en un hábito, también reconoce Córdova. Esto sucede porque contienen calorías vacías que no aportan nutrientes representativos al organismo y pueden ocasionar que el desempeño baje, que el peso suba o que se desarrollen enfermedades paralelas como malestares en el sistema digestivo.

A pesar de que no existe una fórmula mágica ni ningún ingrediente que le dé súperpoderes en lo que comen a los deportistas, una buena planificación sobre su dieta y un enfoque correcto sobre la buena alimentación pueden ser un factor que los ponga en ventaja. Las medallas se las llevan aquellos que encuentran el equilibrio entre su entrenamiento, alimentación, salud física y mental.