Cada vez es menos común encontrar ciertas recetas que nacieron en los hogares mexicanos; extrañamos la carlota de limón con galletas marías, el flan napolitano y el mostachón que nos dejaba a todos felices y satisfechos. La buena noticia: ¡son facilísimos de preparar!
Los sabores a nuez de este postre son simplemente espectaculares al combinarse con una buena dosis de crema batida y el toque de acidez que aportan las fresas. ¿El ingrediente sorpresa? ¡Nunca lo podrías creer!
Para el mostachón
Ingredientes
1 taza y media de nueces picadas
2 tubos de galletas Ritz o similar
7 claras de huevo
2 tazas de azúcar
1 Cucharada de polvo para hornear o cremor tártaro
Para la crema y la decoración
190 gramos de queso crema
3 tazas de crema para batir
1/2 taza de azúcar
500 gramos de fresas
Procedimiento
En una licuadora o procesador de alimentos, pulverizar las galletas y las nueces. Mezclar y reservar.
Precalentar el horno a 150°C; engrasar un molde con mantequilla y harina y refrigerar mientras se usa.
Montar las claras de huevo con el polvo para hornear hasta que se pongan completamente blancas.
Incorporar el azúcar en forma de lluvia y batir hasta lograr el punto de turrón, o sea, que haga picos firmes y al voltear el recipiente no se caiga nada.
Apagar la batidora e incorporar la mezcla de polvo de galletas y nuez poco a poco en movimientos envolventes.
Servir la mezcla en el molde y hornear por una hora o hasta que tome un color dorado oscuro y al clavar un palillo en el centro, salga seco. Dejar enfriar dentro del horno.
Hacer la crema: acremar el queso con una batidora de globo hasta que tome una textura esponjosa.
Incorporar poco a poco la crema para batir y montar hasta que doble su tamaño. Terminar con el azúcar glass en forma de lluvia.
Filetear las fresas en lajas delgadas y decorar el pastel.