Polytetrafluoroetileno… ¿poli quééé? Ese es el nombre que recibe lo que hoy conocemos más fácil como teflón -que por cierto, es una marca registrada-, pero para evitar leer este trabalenguas optemos por su abreviatura PTFE.
En internet podemos encontrar un sinnúmero de publicaciones que hablan acerca de la toxicidad de este material; si tú viste algo al respecto y ya no sabes qué hacer con tus sartenes, espera, tal vez lo que leíste no sea más que un mito.
Mejor no te asustes y mucho menos entres en pánico hasta que termines de leer.
Todo empezó en Estados Unidos, cuando la Agencia de Protección Medioambiental emitió un informe en el que alertaba acerca de los altos índices de sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) que se acumulaban en el ambiente y coincidía con las zonas en las que se fabricaba el teflón y otros elementos antiadherentes.
Las PFAS tienen muchos usos industriales, por ejemplo, los revestimientos antigrasa para productos de papel como los desechables para hamburguesas, bandejas para comida de cartón o vasos de papel. También se usan para los revestimientos de antimanchas y abrillantadores de suelos.
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Esta sustancia es un polímero -un tipo de plástico- que se fabrica desde los años 50 y a lo largo de este tiempo se ha diseminado por el medio ambiente, tanto en aguas como en el subsuelo; así, llega a los seres humanos por medio de algunos alimentos como mariscos o carne.
Cuando las PFAS entran al organismo aunque sea en bajas concentraciones, se acumulan en los tejidos y actúan como un disruptor endócrino que imita el efecto de las hormonas. Debido a esto se le ha asociado con diferentes tipos de cáncer, problemas tiroides y esterilidad tanto en animales como en seres humanos.
Aquí va la buena noticia. La respuesta es no y esto tiene una explicación. El PTFE o teflón no es tóxico en sí, solo a temperaturas más altas de los 260°C podría ser dañino ya que comienza a descomponerse y emitir diferentes gases, entre ellos algunos tóxicos.
Las PFAS se usaban en la industria de los sartenes para “pegar” el teflón (o PTFE), es decir, los alimentos no tienen contacto directo con esta sustancia ya que queda por debajo.
Sin embargo, su uso es casi nulo; de hecho agencias de seguridad sanitaria y alimentaria de Estados Unidos y Europa han comprobado esta información en las distintas fábricas de utensilios de cocina.
Esto quiere decir que el aporte de PTFE por medio de un sartén al organismo es extremadamente bajo y es más probable que entre mediante el consumo de alimentos contaminados por estas industrias.
Hasta hoy está comprobado que el PTFE es seguro mientras no se exceda la temperatura y es usado incluso en la industria biomédica para elaborar prótesis vasculares, mallas para reparar hernias, entre otros. Esta es la sustancia con mayor efecto antiadherente que se conoce y una de las más resistentes.
Incluso si llegaras a ingerir un trocito de teflón tu cuerpo la eliminaría por medio de las heces.
En conclusión, las PFOA son tóxicas y cancerígenas y ya están en desuso en la industria de los sartenes. El teflón o PTFE no es tóxico y solo se debe cuidar que nunca exceda la temperatura indicada.