La sal le da sabor a nuestra comida y potencia sus sabores pero comer mucha no es nada bueno pues el cuerpo lo resiente de diversas formas. Desde el típico argumento de retención de líquidos hasta complicaciones más graves como las piedras en el riñón, no es nada bueno usarla de manera exacerbada.
¿Qué otras cosas pasan cuando abusamos del uso? Te contamos, no sin antes aclarar que no se trata de eliminarla por completo ya que es también imprescindible en la alimentación sino que aprendas a utilizarla de forma inteligente para que tu comida esté rica y al mismo tiempo te mantengas saludable.
Este es uno de los efectos que sentirás casi de inmediato; si aún no te has dado cuenta pon atención la siguiente vez que vayas por una hamburguesa con papas fritas, aún antes de terminar sentirás la boca y la garganta secas. Un error es saciar esa sed con refresco, el cual tiene, entre otras cosas, sal.
Te sentirás aliviado momentáneamente pero la realidad es que el cuerpo todavía necesita agüita.
Cuando tienes niveles elevados de sodio llegamos a una condición que se llama hipernatremia; como una forma de recuperarse y diluirlo, nuestro cuerpo libera agua de las células al torrente sanguíneo pero si esto dura mucho tiempo puede llegar a ser bastante dañino, desde causar convulsiones hasta llegar a coma.
Si te sientes bastante deshidratado después de consumir un alimento salado bebe mucha agua para compensarlo y si la sed continúa lo mejor es agregar electrolitos.
Una investigación de la Universidad de Deakin en Australia encontró entre las personas estudiadas que consumir sal en exceso puede llevarte a desear y comer más alimentos con exceso de grasa.
Un aumento en el consumo de los alimentos se traduce en un incremento de peso así que aguas si tienes una vida sedentaria porque esos nutrientes no se van a ir a ningún lado.
Otro efecto del exceso de sal es la retención de líquidos, según un estudio en The American Journal of Gastroenterology. Cuando estás hinchado te sientes incómodo, con movilidad limitada y a algunos esto incluso puede causar dolor.
El estómago, los pies y las manos son algunas de las partes del organismo más afectadas. El sodio se debe excretar a través de la orina mientras los riñones hacen su trabajo. Si esto no sucede la hinchazón comienza.
Existe evidencia científica que dice que el acné y la dieta tienen un impacto directo entre sí. De hecho, un estudio encontró que de 200 participantes aquellos que presentaban acné consumían una alta cantidad de alimentos salados mientras que aquellos con cutis saludable tenían niveles normales de sodio.
Según un estudio de la revista BMJ, de los 400 participantes, aquellos que consumían alimentos con alto contenido de sodio tenían un tercio más de dolores de cabeza.
Otro estudio apoyó esta afirmación y encontró que la disminución de la ingesta de este elemento también se redujo la cantidad de dolores de cabeza en los participantes, que eran todos pacientes mayores con hipertensión.
Entre los efectos a largo plazo hay evidencia de que la ingesta alta de sodio se asocia con un mayor riesgo de desarrollar presión arterial alta . Así que cuando abras esas papitas de bolsa llenas de sal puede ser que también le estés dando paso a una enfermedad crónica.
El accidente cerebrovascular, la insuficiencia cardíaca, el cáncer de estómago y la enfermedad renal también se han relacionado con la ingesta excesiva de sodio. Así que ya sabes mejor prevenir antes de que tu salud se vea afectada. La solución está en tus manos.