Seguramente has escuchado del término contaminación cruzada y lo peligrosa que es a la hora de cocinar; sin embargo, no siempre queda del todo claro qué es o cómo evitarla.
Para entenderla imagínate una tabla de picar: en ella cortaste pollo crudo para hacer fajitas y desafortunadamente la pieza trae una colonia de bacterias E. Coli. Con el calor de la cocción se mueren los microorganismos de las fajitas pero por practicidad las regresas a la misma tabla mientras haces otras cosas.
Como ya estuvo en esa superficie el producto crudo, lo más seguro es que también haya E. Coli en ella así que, aunque ya esté cocinada, la carne ya se contaminó de nuevo y el esfuerzo de volver inocua tu comida fue inútil. Ahora, tu visita al médico es una realidad. ¿El error? Combinar alimentos crudos y cocidos.
Lo primero que debes saber es que, según la Organización Mundial de la Salud hay una serie de enfermedades catalogadas como transmitidas por alimentos que se originan porque algún ingrediente tuvo un mal manejo higiénico y adquirió microorganismos tóxicos como virus, bacterias y hongos. Una de las formas de evitarlas es cocinarlos pues el calor arriba de los 70°C mata todo.
La contaminación cruzada es relevante en este tema porque si combinamos un ingrediente cocido perderá su inocuidad al entrar en contacto con uno crudo.
El problema es que, a nivel doméstico -e incluso a veces en restaurantes e industrias de alimentaria- este contacto es mucho más frecuente de lo que se piensa, por ejemplo, por accidente en los refrigeradores.
Para evitarlo, la OMS emitió un manual para mantener la inocuidad de la comida con una serie de recomendaciones que te compartimos: