Hay pocas cosas mejores que la comida casera… o eso nos dijeron antes de que la tuviéramos que preparar nosotros mismos. Para quienes somos principiantes en el arte de cocinar no es cosa fácil lograr una verdaderamente buena pues hay muchos errores que nadie nos explica cómo resolver.
Puedes no darte cuenta pero te aseguramos que al identificar estas áreas de oportunidad y corregirlas tus platillos quedarán no solo más ricos, también será más rápido prepararlos y evitarás algunos malos hábitos.
Ya sea que cocines huevos en la estufa o haciendo verduras asadas en el horno, es crucial comenzar con una sartén caliente.
Si no lo calientas antes de agregar los ingredientes, el plato tardará más en cocinarse y también aumentará el riesgo de cocinar demasiado la comida. Además absorberá más grasa.
¿También le entraste a la horneada? ¡Perfecto! Tal vez ya no eres un principiante, pero si bien encontrar grumos en los productos horneados está lejos de ser ideal, mezclar en exceso no solucionará, de hecho es uno de los uno de los errores comunes a la hora de cocinar postres.
Al hacerlo, se aplastan las pequeñas bolsas de aire que dan a los productos horneados su esponjosidad y pueden hacer que queden duros.
No solo te diste a la tarea de comenzar a cocinar, también adquiriste ciertos instrumentos como la olla de cocción lenta para ser más pro.
Hacer sopas, salsas o estofados cremosos aquí es un asunto complicado, especialmente si no sabes cuándo agregar los ingredientes lácteos. Si preparas una receta que los incluye asegúrate de agregarlos al final pues si lo haces antes, corres el riesgo de que se cuajen y se eche a perder todo.
Ver esta publicación en Instagram
Se te olvidó descongelar tu comida un día antes. Si bien puede parecer que cocinar productos congelados te ahorrará tiempo, todo lo que sucederá es que queden blandos o con mala textura.
Esto sucede porque dentro de los alimentos hay agua que, al congelarse, se convierte en pequeños cristales que rompen las fibras de los alimentos si se descongela de manera brusca o inadecuada.
Si de plano te mueres de hambre y la comida sigue dura como una piedra, la mejor forma de descongelar es sumergir en agua por quince minutos.
Si tus verduras recién lavadas van al horno húmedas, no te sorprendas cuando las saques y estén correosas en lugar de crujientes.
Para asegurarte de que se asen correctamente, sécalas antes de meterlas al horno, así quedarán doradas y perfectas.
Si quieres una comida realmente deliciosa y bien sazonada no agregues tu hierbas, especias o sal al último, al contrario: es lo primero que debes hacer.
Condimentar al final de tu proceso de cocción significa que esos ingredientes no tendrán la oportunidad de convertirse en sabores más complejos al fusionarse con el resto de la receta.
Lo que es peor es que esas hierbas y especias no se incorporarán en absoluto, por lo que tu platillo tendrá un sabor demasiado picante o salado, contrario al equilibrio que buscas al cocinar y puede que sea prácticamente incomible.
Mezclarlos también ayudará a que se marinen mejor con todos los demás sabores, así tus camarones al ajillo no sabrán como si estuvieras dando una cucharada de ajo.
El mayor secreto es abrirte a aprender de tus errores a la hora de ponerte a cocinar. Puedes tomar cursos para principiantes, ver recetas en internet o preguntarle a los expertos.