¿Cómo saber si tienes sobrepeso, si estás en rango o si te falta entrarle más a las garnachas? El índice de masa corporal es un factor que ayuda a tener esta información; se saca con una fórmula muy simple y nos orienta a comer mejor.
Todos queremos un cuerpo escultural, de esos que se presumen en la playa y nos hacen sentir seguros. Pero más allá de la estética está la salud, el motivo principal por el cual debes cuidarte y tener una alimentación equilibrada. No te dejes llevar por las tendencias ni te traumes por no estar suficientemente flaco, no siempre es lo mejor.
Aunque los estudios sobre nutrición avanzan todos los días, una de las formas más comunes para determinar si un adulto está bajo o pasado de peso de acuerdo a su estatura es obtener este dato.
La fórmula es muy sencilla: hay que dividir el peso entre la estatura elevada al cuadrado. Es decir: Si pesas 70 kilogramos y mides 1.70 metros, primero hay que multiplicar la estatura por sí misma (que es, en esta caso es 2.89); posterior a eso, el peso se divide entre ese número; o sea que dividimos 70 entre 2.89, lo que en este caso nos da 24.22
Tu resultado será un número entre 16 y 30, que son los rangos entre la desnutrición y la obesidad pero ¿y ahora qué hacemos con eso?
Según la Organización Mundial de la Salud, aquellos que tienen un factor inferior a 18.5 están bajos de peso; los que aparecen entre 18.6 y 24.9 presentan un cuadro normal; si el número es de 25 a 29.9 se consideran con sobrepeso y arriba de 30 son casos con obesidad.
Como podrás imaginarte, el índice de masa corporal no es más que un número orientativo para determinar, en primera instancia, cómo anda tu cuerpo.
Hay muchas otras cosas que considerar a la hora de meterse a un régimen alimenticio como la masa muscular, la cantidad de agua en el cuerpo y el porcentaje de grasa. La forma más eficiente de conocer estos datos y actuar en consecuencia es ir con un nutriólogo.
Lo más seguro es que debas incluir a tu alimentación muchos carbohidratos pero no te vayas con la finta, la mejor manera en la que el cuerpo los aprovecha es acompañándolos de proteínas que generarán esa masa muscular que quizás te haga falta.
Procura entrarle a las lentejas, los frijoles, las alubias y cereales como el arroz y el maíz. También recuerda incluir proteínas de origen animal como la carne de res, el huevo, los lácteos y los pescados.
Si tienes dudas de cómo combinarlos o qué cocinar, recurre al plato del bien comer.
Cuidado! No caigas en la trampa de los ultraprocesados. Por más contenido calórico que requieras y que estos tengan, te aportarán energía vacía que no da los nutrientes que verdaderamente tu cuerpo necesita.
Aunque estás en un peso correcto, no dejes de poner atención a tu forma de comer. Consume proteínas, carbohidratos y grasas de manera equilibrada y éntrale al ejercicio para poner todo en su lugar.
Si tienes ganas de cometer un pecadillo hazlo, siempre y cuando también le entres con gusto a las verduras y frutas que te aportan los nutrientes que sí necesitas.
Sabemos que es difícil mantenerse así que te tenemos varias opciones para la hora del lunch que te ahorrarán consumir cosas que no necesitas.
La primera recomendación que te damos es: nunca inicies un régimen alimenticio para hacer un cambio de hábitos sustancioso por tu cuenta. Visita un nutriólogo, ponte tus tenis y comienza a hacer ejercicio como primeros pasos.
No elimines grupos de alimentos solo porque crees que engordan; lo mejor será que ese especialista al que te acerques haga los ajustes correspondientes para que puedas llegar a tu peso ideal. Esto te ayudará también a mantenerte y evitar el horrible rebote.
Anímate a consumir más ingredientes naturales, una forma que no falla es preparando jugos detox con un montón de cosas verdes.