¿Conocemos el origen de las manzanas que comemos y de la miel que nos gusta? En ocasiones sí. Cada vez existe una mayor preocupación sobre el origen de los alimentos que consumimos, así como su comercio justo, responsable y sustentable pero cuando de productos del mar se trata, cuando preparamos un huachinango a la veracruzana, un bacalao o un sole meuniére; ¿nos hacemos las mismas preguntas?
¿Dónde lo pescaron? ¿cuándo? ¿cómo? Son preguntas que bien vale la pena hacer porque la pesca, en todo el mundo, es una enorme preocupación y de seguir explotando las especies marinas como lo estamos haciendo, en 50 años acabaríamos con la fauna del mar.
Los avances tecnológicos y las regulaciones vagas han incrementado la capacidad pesquera en todo el mundo durante los últimos 50 años y ha causado una sobreexplotación de los recursos marinos. Se pesca mucho más de lo que se produce.
Los barcos pesqueros son mucho más grandes, hay algunos que refrigeran pesca a bordo lo que les permite pescar sin parar durante meses; hay avionetas y satélites que ayudan a localizar los bancos de peces y la industria pesquera ha desarrollado nuevos métodos mucho más eficaces que, literalmente, están arrasando con la fauna marina.
Las redes de arrastre de fondo y las dragas con las que pescan de manera industrial son muy destructivas, pues arrasan el fondo marino y llevan con ellas todo pez, coral u objeto que encuentren en el camino. Pero no sólo esta pesca de profundidad alarma, la pesca superficial también ha puesto en peligro a mucha fauna como leones, focas, delfines y tiburones.
La pesca deportiva en ocasiones también pone en riesgo algunas especies; las granjas pesqueras han sacrificado peces pequeños por la crianza de otros mucho más grandes. También hay ejemplos de lo que se ha hecho bien, es cierto, y hay importantes iniciativas de reservas marinas que exitosamente en México y en el mundo han poblado nuevamente el mar, pero con el objetivo de informar y de estar atento, les compartimos algunos datos importantes.
Pensemos y decidamos nuestra compra en función de que los productos del mar hayan sido obtenidos de forma sustentable y que no provengan de actividades destructivas. ¿Otra tiradito de atún aleta azul?