La crisis de la industria restaurantera se ha endurecido tanto que todos aquellos que están inmersos en este sector y del cual depende su economía lanzan el llamado Abrir o morir. A raíz de ello hoy, 11 de enero un grupo de manifestantes se reunieron y mediante un cacerolazo en el Zócalo de la CDMX instaron a la autoridades a que se les permita abrir al público sus comercios.
Cabe señalar que ante una petición firmada por más de 500 restauranteros hacia el gobierno de la CDMX y el Estado de México hubo un grupo que por medio de redes sociales lanzó la consigna Abrir o morir; refieren que “si no se mueren de un contagio será el hambre por la falta de recursos”.
A las 10 de la mañana arribaron al Zócalo un grupo de afectados por las medidas hacia los restaurantes, fondas y demás negocios de comida que han tenido que restringir el acceso a los comensales y en cambio solo hacen pedidos para llevar y entregas a domicilio.
En entrevista con Animal Gourmet la vocera del movimiento, Mireya García del restaurante Aritzú menciona que esperan que las autoridades les permitan abrir el día 18 de enero como máximo.
En cuanto a aquellos compañeros que anunciaron la apertura de sus lugares de trabajo a comensales a partir del 11 de enero, Mireya menciona que al menos los asistentes al cacerolazo no se lo plantearon; sin embargo, se solidarizan ante la situación.
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Desde el 1 de agosto del 2020, día en que los restaurantes de la Ciudad de México pudieron abrir sus puertas a comensales, menciona que tomaron todas las medidas sanitarias con la finalidad de evitar el aumento de contagios.
Sin embargo, esto también supone un gasto extra como los guantes, cubrebocas, caretas, desinfectantes; a pesar de ello los restaurantes formales acataron las normas. A diferencia de los comercios informales en donde se puede observar que a pesar del cambio a rojo en el semáforo siguen recibiendo comensales para el consumo en el lugar.
Si bien el gobierno ha lanzado algunos programas sociales para tratar de mitigar la situación, éstos no son suficientes. Ivette Romero Pérez, mesera en el restaurante Mi Herencia Oaxaqueña al sur de la CDMX, menciona en entrevista que a pesar de que ella y sus compañeros solicitaron dicho beneficio, todos han sido rechazados hasta el momento.
Mireya García, añade que este programa solo es efectivo para residentes de la CDMX y en el restaurante en el que labora hay empleados que se trasladan desde el área metropolitana y conurbadas por lo cuál no son candidatos a recibir dicho beneficio.
Por otro lado a pesar de que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, mencionó la condonación del impuesto sobre nómina durante enero con la condición de que mantuvieran a todos sus empleados también en insuficiente ante una crisis que lleva ya más de nueve meses y aún no se ve la luz al final del túnel.
Cada día restaurantes, fonditas y otros comercios dedicados a la comida continúan cerrando debido a esta crisis y al ser uno de los sectores más afectados debido a la pandemia. Es el caso del Café La Pagoda que gracias a su estilo, sabor y hasta horario -abrió 24 horas y 365 días del año durante casi dos décadas- anuncia su cierre indefinido. Esto con la esperanza de que en el futuro cercano sea posible reabrir.
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En Toluca también hubo presencia de manifestantes en busca de una solución que en verdad los beneficie, ya que miles de familias perciben sus sueldos de esta actividad.
Es importante recordar que ambas entidades, tanto CDMX como Estado de México, tienen un alto porcentaje de contagios y hospitalizaciones y al menos hasta el 17 de enero continuará el semáforo rojo de acuerdo con las autoridades.