La cocina del futuro será una amiga interactiva: lo ayudará a cocinar, a comprar ingredientes y a comer con niveles óptimos de higiene y eficiencia.
Muchos de los aparatos que permitirán que esto se haga realidad ya existen.
Refrigeradores que tienen una pantalla similar a la de una tableta con wi-fi y una tecnología que funciona como los códigos de barra que se escanean ofrecen la posibilidad de ponerles etiquetas a los alimentos, incluyendo su fecha de expiración.
Incluso puede sugerir recetas tomando en consideración los productos que quedan en la nevera y enviar esa información al teléfono móvil.
La mayoría de los utensilios de cocina son cada vez más “inteligentes”: tal es el caso de la humilde tabla de picar y del sofisticado horno con múltiples funciones.
Y al ritmo que van las cosas, no pasará mucho tiempo antes de que todos estos artefactos puedan comunicarse entre sí sin necesidad de cables.
Chop-syc es una pantalla táctil interactiva y con variedad de funciones que hace las veces de una tabla de picar.
El prototipo, realizado por la diseñadora Siobhan Andrews, obtuvo el primer lugar en la competencia de inventos #GetItDownOnPaper, financiada por Laboratorios Sharp de Europa, una organización de investigación tecnológica.
Este utensilio permite calcular el peso de los ingredientes, proponer recetas y ajustar las cantidades necesarias de los productos que se necesitan en la preparación de un plato dependiendo del número de comensales. También añadir víveres a la lista de compras y hacer la solicitud para adquirirlos en el supermercado a través de internet.
Elaborado con un material vidrioso resistente a golpes, mezclado con una función que disminuye la sensibilidad de las pantallas táctiles, permite cortar cualquier cosa sin temor a dañar esta versión tecnológica de la tradicional tabla de picar.
“La consideración del elemento salud en la concepción del producto fue lo que llamó nuestra atención”, dice Ian Thompson, director de Laboratorios Sharp de Europa.
La finlandesa Janne Palovuori fue una de las finalistas del concurso Electrolux Design Lab 2013 con Nutrima, el prototipo de una especie de alfombra minúscula que analiza los alimentos.
Se carga al doblarse y mide el peso, la toxicidad y el valor nutricional de los alimentos que se colocan sobre ella. Adicionalmente, ayuda a encontrar productos locales a través de internet.
No hay que tener una imaginación muy prolífica para visualizar el momento en el que estos artefactos intercambien información con las “neveras inteligentes”.
El HAPIfork de Fabrice Boutain, lanzado este año, monitoriza la rapidez con la que se come, con el objetivo de disminuir la velocidad. Esto porque se ha demostrado que comer muy rápido contribuye al aumento de peso, debido a que la sensación de hambre y saciedad van retrasadas en comparación con el proceso de engullir los alimentos.
De esta forma, los hábitos alimenticios de una persona pueden ser procesados por una computadora y mostrarse de forma gráfica.
“Hay mucha tecnología que los consumidores no utilizan todavía de manera regular, como la cocina de inducción, que permite cocinar con temperaturas muy exactas”, le dijo a la BBC Henrik Otto, vicepresidente de diseño de Electrolux.
Este modelo de cocina utiliza corriente alterna para producir un campo electromagnético, en vez del tradicional sistema de resistencias, para calentar una olla. Es una forma más rápida y más eficiente desde el punto de vista energético para cocinar, al compararse con las típicas cocinas de gas y electricidad.
Las últimas versiones de hornillas de inducción incluyen un sistema de reconocimiento automático de ollas, lo que quiere decir que la zona se calentará únicamente cuando detecte la forma que caracteriza a una sartén, por ejemplo. Esto evita que objetos pequeños de metal, como cucharas o abrelatas, se calienten si se dejan en el área de inducción.
Otto está convencido que este tipo de avances podrían aprovecharse mucho más.
“¿Y si el tope de cocina incluyera tecnología de inducción? ¿Y si esa energía se empleara para utilizar otros artefactos que necesitan electricidad para funcionar?”, se pregunta.
A medida que la población aumenta y los espacios pequeños para vivir se convierten en la norma, “las habitaciones tendrán que mutar a lo largo del día, por lo que la tecnología tendrá que ser capaz de realizar varias funciones. Por ejemplo, la mesa de café de la sala podría ser una cocina de inducción que carga la pila de la computadora portátil en la noche”, dice Otto.
Puede que todavía estemos lejos de los aparatos que se usaban en Star Trek para producir alimentos, pero el invento de una compañía en Barcelona podría ser la solución para los padres que no tienen mucho tiempo libre y para las personas a quienes no les gusta cocinar.
Natural Machines desarrolló Foodini, una impresora 3D capaz de crear diferentes productos, como chocolate y ravioli, a partir de cierto número de ingredientes, siempre y cuando sean blandos.
Técnicamente no se trata de una impresión, y los resultados no serán premiados en ningún concurso de cocina, pero la máquina puede mezclar hasta seis ingredientes que salen de diferentes boquillas y que se convierten en formas específicas programadas con anticipación.
La Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) ha analizado tecnología similar con el objetivo de ofrecerle a los astronautas de la Estación Espacial Internacional un menú más apetitoso.
“Estamos trabajando con alimentos que se comerían todos los días, desde productos salados, como raviolis o ñoquis, hasta la mermelada que le pondrías a tu tostada en el desayuno”, le dijo a la BBC Lynette Kucsma, directora de mercadeo de Natural Machines.
Los fabricantes de la máquina se imaginan un futuro en el que los aparatos se conectarán y compartirán sus creaciones culinarias a través de las redes sociales. También visualizan el momento en el que una persona podrá programar el artefacto con antelación para que, cuando llegue del trabajo, la cena esté lista.
El director ejecutivo de la empresa, Emilio Sepúlveda, estima que Foodini costará alrededor de US$1.500, pero por los momentos no estará disponible en las tiendas.
Pero, aunque parece que cada día nos acercamos más a la era de la cocina digital interconectada, todavía no aparece el que para algunos, como yo, sería el utensilio perfecto: una máquina de café que reconozca la voz de su propietario.
Una máquina que, con una sola palabra, prepare el café perfecto, exactamente como se quiere. Eso sí sería progreso.
Estos cubiertos ayudan a controlar la rapidez con la que se come.
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