El año nuevo chino está a la vuelta de la esquina y pensamos que cuándo, mejor que ahora, que saber un poco más sobre las clásicas galletas de la suerte que siempre vienen acompañadas de té (y de la cuenta) en los restaurantes chinos.
Las galletas de la suerte o de la fortuna, por su traducción literal del inglés, son unas galletas horneadas y de paredes crujientes, muy delgadas, en cuyo interior se encuentra una tira de papel con premoniciones o frases de sabiduría.
Aunque efectivamente están relacionadas a la cocina china, en realidad son originarias de Estados Unidos, específicamente San Francisco y Los Ángeles, donde al parecer las idearon y emplearon por primera vez las galletas de la suerte.
Existe, incluso, una pequeña disputa sobre su origen que acabó en un juicio para su revisión histórica, y, aunque el debate sigue vivo, finalmente la corte favoreció a San Francisco, a la cual se reconoce ahora como la cuna de esta curiosa galleta.
Para los que le quieran variar un poco, y porque creemos que el resultado es estéticamente una joya (literal), les compartimos una receta para hacer galletas de la suerte en casa cuya autoría es del chef pastelero Daniel Skurnick, del popular resturante y bar Buddakan, en la ciudad de Nueva York.
El resultado es una galleta con sabor a mantequilla y aroma a ajonjolí y vainilla impregnada, y por eso es una joya, nada más y nada menos que de oro.
Batir a velocidad baja la mantequilla, el aceite de ajonjolí y el azúcar hasta acremar unos cuatro minutos. Agregar entonces la vainilla y las claras una a una. Cernir el harina con el polvo de ajonjolí y la sal y agregar poco a poco a la mezcla acremada hasta obtener una pasta homogénea y no sobretrabajada.
Sobre una charola de galletas cubierta con papel para hornear, formar círculos de 8 cm de diámetro y colocar por encima pedacitos de hoja de oro. Hornear a 180º por 10 minutos hasta que las galletas están moldeables y, apenas puedan manejarse con las manos aún calientes, formar las galletas de la suerte colocando el papelito impreso y doblando el círculo por la mitad dejando espacio entre ambos, y uniendo después ambas puntas. Regresar al horno unos cuatro minutos más para que las galletes terminen de formarse de manera crujiente.
*El polvo de ajonjolí negro se consigue en los super mercados orientales.
**Las hojas de oro, o el polvo de oro también, evidentemente comestible, se consigue en tiendas de repostería y decoración de pasteles.
Para hacer el mensaje de sabiduría de la galleta el procedimiento es otro y puedes verlo en este video:
Table 7 – short film from Marko Slavnic on Vimeo.