La entrega de comida a domicilio nunca había sido tan importante como en la actualidad; aunque no es algo nuevo, en 2020 se volvió la manera más sencilla de tener algo más que aquello que se puede cocinar en casa.

Recordemos el café, la pizza, las hamburguesas o hasta esos sándwiches que sacabas en el receso y que tu mamá empacaba para el lunch de la escuela. Desde entonces hay una discusión común: cuál la mejor forma de empacar los alimentos para conservarlos bien sin dañar el medio ambiente.

Transportar comida ha estado desde hace muchos años en nuestras vidas pero la llegada de la covid19 tomó tanto a restauranteros como comensales por sorpresa.

De la experiencia en el restaurante a la entrega a domicilio

El ritual de asistir a un restaurante es mucho más que la comida. Aunque es lo más importante no lo es todo y ahora lo sabemos: elegir el lugar, la atención de los meseros, la presentación del platillo y claro que sí, la comodidad de no lavar ni un plato.

La innovación y búsqueda para encontrar nuevas formas de comer no son algo nuevo; recordemos tan solo a las marcas de comida rápida que revolucionaron la manera de llevarla a casa, los comedores en los centros comerciales e incluso los servicios en auto conocidos también como Drive Thru.

Todos ellos idearon menús fáciles de transportar que sentaron bases para la entrega a domicilio y sus empaques; sin embargo, había territorios inexplorados. Pensemos, por ejemplo, en los mariscos. 

La comida de mar en general tiene una gran complejidad que se debe cuidar a como dé lugar: el control de la temperatura. Los aguachiles, los cocteles o las tostadas, además de la cadena de frío tienen una manera particular de servirse. Otro ejemplo son los alimentos caldosos como el ramen. 

Sin duda, la industria restaurantera se enfrentó a un gran reto: buscar formas de empacar sus alimentos y que a pesar del traslado llegaran en perfectas condiciones -o casi- hasta cada hogar.

Por si esto fuera poco también hay otro factor: facilitarle la vida al comensal sin confundirlo en la preparación con demasiados elementos para dar una experiencia completa aunque no pueda ser guiada como se hacía en los restaurantes.

Empaques biodegradables, plásticos y otras opciones

A todo esto se le suma un hecho que no se puede dejar pasar: la contaminación que generan todos esos recipientes en los que llega la comida a casa. De acuerdo con una publicación en Supermarket News, la venta de comida con entrega a domicilio en los primeros meses de cuarentena creció un 40% y con este dato también aumentó el uso de plástico.

A pesar de ello, existen excepciones y alternativas. En Japón existen los bentos -cajas cada vez más elaboradas de madera en donde se empaca la comida para llevar- que tienen distintas separaciones para que no se mezclen sabores.

Por otra parte en México hay diversas historias que tienen que ver con los empaques de comida. Los famosos pastes hidalguenses, por ejemplo, se dice que envuelven un guisado dentro de masa de hojaldre para facilitar su traslado. De igual forma sucede con los burritos y los percherones en el norte del país.

Los envases de vidrio o reutilizables pueden ser la mejor opción ante la entrega a domicilio de alimentos.

A pesar de estas opciones el uso de plástico se disparó en la época de la posguerra y no es para menos, entre bolsas de distintos tamaños, cajas y cubiertos, resultaba una salida fácil para que todo pudiera comerse de forma más sencilla independientemente del lugar.

Lo nuevo en empaque a domicilio

Por fortuna, la innovación nunca se detiene y los empaques biodegradables son ya una realidad. Los fabricantes de plásticos saben que los derivados del petróleo son poco sostenibles así que han mudado sus producciones a materiales más amigables con el medio ambiente.

Ya sea completamente compostables, solubles en agua o de compuestos reciclados como el almidón de maíz, la nueva era de empaques para los alimentos de entrega a domicilio avanza a pasos agigantados.

Para esto tuvieron que pasar distintos estudios, por ejemplo, que la temperatura de la comida no modificara el envase y así sabores se transmitieran a los platillos, como es el caso del PET.

Por otros lado, se analizó la posibilidad de que fueran reutilizables; en esto los mixólogos y reposteros llevan ventaja al estar mudando los envases de plástico a empaques de vidrio por además mantener los sabores intactos.

En otra instancia es importante que sean sustentables y este concepto engloba tres características: que dañe lo mínimo el medio ambiente, que sea responsable con la sociedad y también que repercuta positivamente en la economía.

De poco sirve crear empaques ecológicos y aceptados por el mercado si monetariamente no son accesibles.

Además se debe considerar, por ejemplo, el uso de energía, producción de gases de efecto invernadero, toxicidad humana, final de la vida útil, tipo de recurso del que está hecho el paquete, etc.

¿Puede reducir el uso de agua reciclando el agua residual limpia o recolectando vapor condensado?

Recordemos, la covid19 es capaz de sobrevivir en superficies de plástico hasta tres días mientras que en cartón solo uno. Entonces, ¿cuáles son las opciones ante una situación tan compleja como la del coronavirus y los empaques de comida en la entrega a domicilio?