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Huertos urbanos, una nueva forma de alimentación en las ciudades es posible

Por Érika Choperena

La industria alimentaria es un tema de análisis cuando se habla del impacto ambiental y la contaminación que se genera para la obtención de la comida; sin embargo, hay alternativas como los huertos urbanos que cada día parecen una opción menos dañina.

El cambio climático sucede gracias a distintas fuentes, dos de ellas son las industrias de la agricultura y la ganadería. Esto ha sido progresivo conforme crece la población y las necesidades básicas de alimentación deben cubrirse.

Por extraño que parezca, Latinoamérica es la región en el mundo que más se ha urbanizado, es decir, en donde la transformación de campos a ciudades ha sido más avasalladora. 

Esto tiene que ver con la gran cantidad de países en desarrollo y sus poblaciones que encuentran más y mejores empleos en la famosa “mancha urbana” que crece. La consecuencia es que se destruyen espacios verdes para construir ciudades y la flora y fauna endémica desaparece poco a poco.

huertos urbanos

Huerto urbano en Universum. // Foto: Especial.

Huertos urbanos 

La comida se produce generalmente en zonas rurales y transportarla hacia las ciudades genera algo que se conoce como huella de carbono que de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es:

“La medida del impacto de todos los gases de efecto invernadero producidos por nuestras actividades (individuales, colectivas, eventuales y de los productos) en el medio ambiente.”

Sí, el panorama hasta este momento no es precisamente alentador; por fortuna, ser consciente de esto puede generar otras maneras de comer y consumir.

Diana Vázquez y Blanca Hernández son dos biólogas egresadas de la UNAM y explican que hay alternativas para una alimentación responsable; una de ellas son los huertos urbanos, que en los últimos años han tenido un repunte.

Cambiar las formas de alimentación en las ciudades es posible. Pongamos el ejemplo de la Ciudad de México en donde se cuenta con una zona chinampera en las alcaldías de Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac.

Autoconsumo: la llave a la soberanía alimentaria

Si esta forma de producción de alimentos estuviera completamente activa podría abastecer hasta el 30% de las necesidades de la cuarta ciudad más poblada del mundo; los huertos urbanos, si bien no completarían el restante sería otra manera de adquirir ingredientes básicos y así disminuir la huella de carbono generada por el transporte de estos.

Blanca Hernández menciona que fomentarlos en las ciudades también abona a la soberanía alimentaria ya que la gente tendría la libertad de elegir lo que cultiva que se traduce en lo que come y las formas de prepararlo.

Además la agrobiodiversidad, el sabor y el uso que le damos a cada ingrediente dependiendo de su forma también suma a la soberanía.

Este es un sistema bilateral, es decir, no solo se trata de la domesticación que el humano le da a los vegetaales, como el chile o el maíz en México, sino que también modelan la cultura y la vida de las personas. 

Cambiar el sistema de alimentación en las ciudades no es tan fácil como parece, requiere tiempo, paciencia, educación e inversión; tampoco es algo que no se pueda lograr. Hoy ya existen iniciativas en donde básicamente instalan todo y la única tarea es dar mantenimiento y cosechar.

huertos urbanos

Tanto Diana como Blanca están convencidas de que los huertos urbanos también fortalecen a las comunidades al crear lazos que se traducen en el intercambio de ingredientes.

Además son espacios que se utilizan para procesos de enseñanza-aprendizaje para concientizar a los más pequeños de que una forma distinta de alimentación es posible.

¿Cómo se hacen?

Informarse acerca del funcionamiento de los huertos urbanos es el primer paso para tener uno porque caben en ¡prácticamente cualquier espacio! Sí, si vives en un lugar demasiado pequeño no hay problema.

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Huerto escolar. //Foto: Especial.

Por lo general se localizan dentro de las viviendas o muy cerca de estas, por ejemplo, en las azoteas. Existen muchas posibilidades de huertos y muchas maneras de adaptarlos al espacio. También es importante considerar cosas técnicas como la luz, el vegetal o fruta que quieras cosechar y algo importante: el tiempo. 

Aunque muchas veces dedicarle diez minutos al día es más que suficiente, el compromiso de cambiar la forma de alimentación y abastecimiento podría suponer un poco más pero no te angusties, valdrá la pena.