Vivir solo es todo un reto en muchos sentidos, especialmente a la hora de comer y cocinar.
Desde la ida al supermercado, todo parece una conspiración en nuestra emancipación: todo viene en porciones enormes y sin quererlo terminamos tirando la mitad de las compras a la basura porque se echaron a perder.
Tenemos una primera noticia. Para dejar de desperdiciar comida y dinero, lo más importante es aprender a organizarse. No esperes que desde el principio las cosas sean perfectas, esto toma tiempo y experiencia.
Otra cosa que te sorprenderá es que cocinar para uno es posible ¡también si quieres comer rico! No tienes que condenarte a una vida de desayunos con cereal de caja ni a cenas sólo con latas de atún.
Si tienes oportunidad de observar tus hábitos antes de vivir solo, será mucho más fácil atinarle a las cantidades de compra para cocinar. Dicho esto, mira estos tips.
Seguramente en los mercados encuentras los precios de ciertos vegetales por kilo e inmediatamente crees que sólo puedes comprar en estas unidades. Esto es falso, si calculas que te vas a comer cuatro jitomates, pide esa cantidad solamente, sí se vale.
Igual pasa con la carne. Pide un número específico de porciones -de aproximadamente 250 gramos- para que consumas las que necesitas y no desperdicies. Una pechuga de pollo completa puede rendirte para comer hasta por cuatro días.
¿Eres cliente frecuente del domingo de bajón? Cocinar esa tarde es la solución cuando comienzas a vivir solo. Dedícale tiempo a hacer recetas fáciles que puedas hacer en grandes cantidades, porcionar, congelar e ir comiendo conforme pasan los días.
En este momento podemos pensar en hacer sopas, guisados, arroz, frijolitos o incluso barritas energéticas para la hora de la colación.
Es posible que durante toda tu vida te hayas acostumbrado a comer una sopa, después una proteína que se acompaña de una guarnición y en ocasiones, hasta postre. Seamos honestos, quizás no tengas tiempo ni ganas de hacer tanta parafernalia.
Por eso, una de las sugerencias es preparar recetas de plato único, es decir, que tengan todos los grupos de alimentos y que puedas comer y cocinar rápidamente.
Piensa en una sopa de verduras con pasta y pollito. O un espagueti con atún, vegetales y un buen pesto.
Quizás decidiste invertirle más tiempo a la cocina porque eso del plato único no te convence. La manera de hacerte la vida fácil es que, en ese momento en el que prepares todo lo de la semana apuestes por hacer cosas variaditas.
Te recomendamos hacer dos sopas: una puede ser de verduras y otra puede ser una crema del ingrediente de temporada.
También piensa en las guarniciones: aquí puedes acudir a las legumbres, pastas o papas y prepararlas con antelación sólo para calentar y disfrutar.
Cuando cocines todo, asegúrate de porcionar para cada día y congelarlo todo. Un día antes de comerlo, pasa al refrigerador y será como si estuviera recién hecho.
Y seguramente será uno de los más cercanos. Ten cuidado, por más eficiente que pueda resultar congelarlo todo, no servirá de nada si no porcionas los alimentos y tienes orden en cómo lo haces.
Quizás te da flojera abrir el paquete de pollo que acabas de comprar en el súper y decides congelarlo así como está. A menos de que vayas a comerte todo eso en un solo día, es una de las cosas más ineficientes que puedes hacer.
Compra bolsitas para congelar y guarda en cantidades para un día. Haz lo mismo con las sopas y el arroz.
Aquí te enseñamos cómo sacarle jugo a tu nuevo mejor amigo con vegetales frescos y frutas de temporada.
Si nunca te han gustado las verduras ¿qué te hace pensar que ahora que vas a vivir solo querrás cocinar con ellas?
No por eso te decimos que llenes tu alacena de comida chatarra pero sí sé honesto contigo mismo a la hora de diseñar tus menús y hacer las compras.
Si quieres tener una dieta más equilibrada y evitar que el sedentarismo te invada ahora que eres independiente, apuéstale al ejercicio y a incluir ingredientes frescos de forma paulatina en tus hábitos.
Hay un mundo mucho más allá de las latas de atún y las cajas de cereal si hablamos de no perecederos.
Te recomendamos hacerte amigo de las legumbres, la pasta y el arroz pues duran muchísimo tiempo en la alacena y pueden cocinarse de diversas formas.
Piénsalo así: los garbanzos, por ejemplo, pueden usarse para enchular un caldito de pollo pero también para ser una guarnición de la carne. Si no te encanta la textura, mejor conviértelos en hummus y prepárate un sándwich de campeones. Es más, ¡hasta puedes hacer postres con ellos!
Una taza de arroz crudo te rendirá para comer cuatro días ya cocido.
Los frijoles, lentejas, habas y otras leguminosas te rendirán para comer dos días si preparas una taza en crudo. Recuerda remojarlos un día antes.
Si te da hambre entre comidas y decides abrir una bolsa de papas tamaño familiar, lo más probable es que se acabe aunque sólamente le entres tú.
Esto va a traer dos consecuencias: vas a brincarte la cena y además vas a desperdiciar los ingredientes que compraste para prepararla.
Lo que te recomendamos es buscar alternativas como los crudités o las barritas energéticas para que la porción sea lo suficientemente satisfactoria y que tengas orden en los horarios.
Las bolsas de vegetales congelados son una gran alternativa para comenzar a cocinar cuando te mudas a vivir solo pero tomando un poco de práctica puedes subir al siguiente nivel: comprarlos frescos y administrarlos sin que se echen a perder.
Esto tiene el enorme beneficio de ser mucho más barato. Además, te darás cuenta de que tu comida es más rica y variada.
Piensa, por ejemplo, que una porción generosa de ensalada tiene por lo menos tres hojas de lechuga, un jitomate, una pieza de zanahoria o vegetal de mano, alguna otra hortaliza y los toppings que la harán más rica.
Sería muy sencillo guardar todas las verduras de la misma manera pensando que van a durar el mismo tiempo, pero no.
De acuerdo con su naturaleza, cada especie se conserva mejor de determinadas maneras; las hierbas aromáticas, por ejemplo, se pueden tratar de forma que duren mucho tiempo o se mantengan frescas.
En el caso de las hortalizas, también hay varios trucos para alargar su vida y no tengas que tirarlas a la basura.
¿No tienes ni idea de por dónde empezar a cocinar ahora que vives solo? Estás de suerte, en nuestro canal de YouTube hay muchas recetas para que agarres práctica y comas delicioso.