El verde es vida, es ilusión. Cultivar no sólo llena de esperanza una maceta con la promesa de hermosas flores y hierbas de olor, sino que también crea un vínculo entre nosotros y la naturaleza que es difícil traducir en palabras.
Cuando además tenemos el privilegio de sembrar ingredientes que pondremos en el plato, la cosa se pone aún mejor.
No hay nada más reconfortante que cocinar con productos frescos; la proteína, los vegetales, hortalizas, especias y por supuesto las frutas de temporada que son ideales para un gran postre.
Qué mejor que empezar a cultivar un jardín de hierbas de olor. No es necesario tener un gran espacio para hacerlo, aquí te dejamos algunos tips que puedes poner en práctica.
Para no fallar, acudimos a la ayuda de los que saben. Fernando Zorrilla, fundador de Opus Terra y experto en el cuidado de plantas y huertos no dio algunos tips infalibles.
Cuando uno comienza a adentrarse en el mundo de la jardinería dan ganas de cultivar toda clase de hierbas de olor; sin embargo, es importante tomar en cuenta que si estás empezando, lo ideal es invertir en plantas y semillas que sí vas a ocupar.
Si de plano no le has entrado del todo a eso de utilizar hierbas, aquí te dejamos todo un glosario de cómo aprovechar las más populares.
¿Tomas té de manzanilla por las noches? ¡¿Adivina qué?! ¡Puede ser de tu propio huerto!
Es importante que cada hierba tenga un espacio propio, Fernando recomienda que por cada metro cuadrado se calculen nueve plantas.
Ejemplo: si tienes una maceta de 30×30 podrías cultivar dos plantas para que así sus raíces crezcan de la mejor manera y no se estorben entre ambas.
Casi todas las plantas son amigables. ¿A qué nos referimos con esto? A que algunas de ellas pueden ayudar a las demás a crecer y a que no se les acerquen los bichos que terminan con ellas.
Un gran ejemplo para entender mejor esto es la milpa: el espacio en donde se cultiva maíz, frijol, chile y calabaza. Cada una aporta algo al espacio que beneficia a las otras; por ejemplo, el frijol da nitrógeno a la tierra que absorben la calabaza y el maíz.
En el caso de las macetas caseras para hacer el jardín de hierbas aromáticas, muchas especies funcionan como repelentes naturales.
Un gran ejemplo es el chile, pues tiene un mecanismo de defensa peculiar que favorece a todo su entorno; cuando se siente amenazada expide una sustancia llamada capsaicina que ahuyenta a las plagas y por cierto, también es la que los hace picantes.
Hay algunas plantas que son de sombra, otras que es mejor tener en el sol. Acorde a todas las hierbas de olor que quieras cultivar, deberás preguntar dónde se dan mejor.
Hay algunos básicos que tomar en cuenta cuando tienes macetas:
En esta liga podrás ver especificaciones de cada variedad para que crezcan sanas y fuertes.
Cebollín: perfecto para incluir en ensaladas y huevos.
Albahaca: es una de las plantas que favorece la digestión. Le da un sabor especial a los mariscos, sopas, pastas y ensaladas. Mira cómo usarla en la cocina con estas recetas.
Menta: funciona como estimulante estomacal, además es buenísima para bebidas, cocteles y ensaladas.
Cilantro: la hierba más popular de la cocina mexicana; es perfecta para acompañar la salsita de unas enchiladas verdes.
Romero: de notas fuertes, cítricas y amargas. Es excelente acompañante de la mantequilla y el limón; aprovecha estos tres ingredientes para preparar pollo o papitas rostizadas.
La lavanda: perfecta para tés y aromatizar postres.
Siempre es buen momento para comenzar a cultivar hierbas de olor y quién quita que ese par de macetitas se conviertan en un huerto del que puedas comer. Si buscas orientación y ese empujoncito que te falta, Opus Terra puede ayudarte.
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