Si tenemos congelador nunca está de más tener una reserva de alimentos y qué mejor que sean naturales. Congelar frutas frescas puede ser una excelente opción, pero hay que saber cuáles y cómo hacerlo para no tener sorpresas a la hora de descongelar.
No te asustes, congelar frutas y verduras realmente no es nada complicado, pero hay que saber algunas cosas para hacerlo bien, como que que hay alimentos que es preferible no congelar; incluso, el Centro Nacional para la Conservación de Alimentos en el Hogar, una institución en Estados Unidos, tiene una lista detallada de productos adecuados y no aptos para este tipo de conservación.
Dominar el arte de la congelación mantiene los alimentos intactos y libres de microorganismos semanas, meses y hasta años. La temperatura ideal es -18°C pero normalmente los refrigeradores caseros llegan hasta -10°C. No te asustes, también funciona.
El primer paso es bastante sencillo pero muy importante: hay que elegir un recipiente adecuado para meter al congelador.
Antes de comenzar a preparar tus frutas para congelar te recomendamos que lo tengas listo y que sea resistente al vapor de la humedad, duradero, fácil de sellar por completo y que las bajas temperaturas no lo vuelvan frágil.
Si no tienes uno, es hora de ponerlo en tu próxima lista de compras. Asegúrate de leer el empaque y que esté especificado; también existen bolsas de plástico específicas para esta misión.
Los envases de vidrio y frascos no se recomiendan pues pueden romperse o hacer grietas por las bajas temperaturas, mucho ojo.
Ahora sí. Asegúrate de elegir correctamente las frutas que puedes congelar. Las manzanas, duraznos, moras, bayas, cerezas, cítricos, higos, uvas, ciruelas, peras, fresas, kiwis, guayabas y mangos son perfectas para tenerse en congelación.
Aguas, todas tienen tratamientos distintos que hacen que se mantengan correctamente en el frío. No sólo se trata de guardarlos sin prepararlos para ello.
Si congelas plátanos, por ejemplo, la consecuencia será que al sacarlos madurarán de forma instantánea. Este es un gran truco si quieres hacer panqué de plátano y los tuyos todavía están muy frescos.
El melón y la sandía, por ejemplo, no son aptos para congelar pues tienen una cantidad muy alta de agua que formará cristales. En cuanto se descongele, estos cristales romperán las fibras de la fruta y estará toda mallugada.
Una vez que las tengas listas debes lavarlas bien con agua y jabón pero debes hacerlo rápidamente antes de que se remojen ya que podrías perder nutrientes y sabor. Seca perfectamente.
Todas las frutas que desees congelar deben estar maduras, no al punto de ser marrones pero sí lo suficientemente listas para comer de imnediato al descongelar.
Debes pelar las manzanas, duraznos, peras, kiwis, guayabas y mangos; también los cítricos, a estos quita la cáscara y el alvedo, que es la parte blanca, las semillas y separa en gajos.
Las frutas como los higos, cerezas, ciruelas y uvas déjales la piel.
Es muy importante que guardes todo con suficiente espacio para que pueda conservar las propiedades organolépticas. Recuerda que el agua incrementa su volumen al congelarse y las frutas tienen un alto porcentaje, así que necesitarán sitio.
Congela en raciones para que no sea necesario descongelar ingredientes que no necesitas pues regresarlas al congelador es un presagio de frutas mallugadas.
También es importante que prepares un almíbar ya que para algunas lo vas a utilizar. Hazlo cocinando en partes iguales agua y azúcar hasta que se forme un líquido homogéneo y déjalo enfriar, por ningún motivo lo coloques caliente en las frutas.
Las frutas que deben congelarse con una porción pequeña de almíbar son el durazno, ciruela y pera. Coloca entre 5 y 8 milímetros de este jarabe dentro del recipiente que utilizarás y sella bien. Mantendrán su sabor una vez descongeladas.
Algunas se oxidan cuando se pelan como las manzanas. Para evitar esto te recomendamos rociar unas gotas de limón para que al congelarse no lo hagan con ese desagradable color marrón.
Las moras y bayas como las fresas, arándanos o zarzamora solo necesitan estar bien lavadas y secas para colocarse en una bolsa o recipiente que selle perfectamente. No necesitan ningún otro tratamiento especial.
Procura etiquetar todo, es decir, coloca la fecha en que estás congelando y el nombre de la fruta. Pueden durar entre 6 meses y un año en buen estado si las congelas bien.
Por último, cuando sea momento de usarlas tómate el tiempo para descongelar muy en serio. El mejor método es colocarlas en el refrigerador hasta que estén listas para usar.
Si descongelas a temperatura ambiente corren el riesgo de descomponerse y si las metes en horno de microondas podrían perder sus propiedades organolépticas.