Uno de los mayores retos para cuando inicia un año es perder esos kilitos de más que ganaste durante las fiestas. Hay dietas de todos los tipos, sin embargo, serán efectivas siempre y cuando estén supervisadas por expertos.
Todas tienen mucho que ver tus hábitos alimenticios, tus gustos y hasta tus horarios. A pesar de que pueden haber mil y un pretextos al menos inténtalo, ¡no pierdes nada más que kilos!
Acá te dejamos algunas dietas, puede ser que alguna se ajuste a tu estilo de vida. No lo eches en saco roto, disminuir algunas medidas puede ser una de las mejores inversiones para la prevención de enfermedades cardiovasculares, endócrinas y más.
De acuerdo con el Panorama de la obesidad en México publicado en 2014 por el Instituto Mexicano del Seguro Social el 90% de los casos de diabetes mellitus tipo 2 se atribuyen al sobrepeso y obesidad. Evitar ser un número más de las estadísticas puede estar en nuestras manos y en nuestro plato.
Recuerda siempre consultar al nutriólogo y médico de cabecera cuando comiences cualquiera de las dietas que ves y parecen mágicas, todo se trata de la constancia.
La dieta keto comenzó como un tratamiento que recibían niños con crisis convulsivas y que realmente era muy efectiva. Consiste en suprimir casi en su totalidad los carbohidratos para que el organismo libere cetonas.
¡¿Qué dijo?!
Sí, cuando el cuerpo entra en cetosis la respuesta del organismo es descomponer las grasas para obtener energía. De esta manera las proteínas se vuelven clave ya que permiten este cambio.
Como todas las dietas restrictivas, la keto no se salva de la controversia. Este estilo de alimentación se ha visto envuelto en estudios que afirman que puede dañar el hígado por el esfuerzo que hace para metabolizar proteínas. De hecho no es recomendable que se siga durante un largo periodo de tiempo.
Entonces, ¿qué puedes comer y qué no? Contrario a las leyendas urbanas que dicen que puedes comer todos los lípidos que quieras esto no es del todo cierto. Sí, está permitido comer grasas pero no trans; la recomendación es que sean vegetales como de aguacate y hasta algunos aceites.
El consumo de frutas se restringe por tener altas cantidades de carbohidratos; si te preguntas de dónde sale la fibra que se elimina de quitar estos coloridos y dulces alimentos el secreto está en los vegetales de hoja verde.
Otro de los sacrificios en la keto es el alcohol, ya que varios licores y destilados provienen de la descomposición de azúcares lo que significa carbohidratos.
Así como la keto lleva al menos dos años como protagonista para quienes quieren bajar de peso, este año le auguramos a Whole30 que estará entre las favoritas.
Esta dieta también llamada paleo extrema es restrictiva, esto quiere decir que suprime por completo algunos consumos. Sí, lo sabemos, no todos los expertos están felices con esto.
Los grupos de alimentos que se eliminan no son precisamente los del plato del bien comer que usa la Secretaría de Salud en México pero sí tienen que ver.
De acuerdo con la dieta Whole30 si sacas grupos completos de alimentos que están comprobados como tóxicos o dañinos durante 30 días e inicias de cero este reconocerá cuáles son aquellos que no le vienen bien y de esta forma puedes eliminarlos para siempre del mapa.
En esos 30 días no puedes consumir azúcar añadido, alcohol, cereales integrales y refinados, algunas legumbres y lácteos. En la segunda fase del programa añades estos grupos de alimentos solo dos días cada uno. De esta forma tu organismo ya se podrá leer.
Esta dieta está entre las mejores porque no se trata de restringir sino de controlar y reducir. Los estelares en la dieta mediterránea son el aceite de oliva, salmón, nueces, frutas y verduras frescas.
Dos grandes beneficios son: es más fácil de consumir incluso si no estás en tu casa y permite la ingesta de carbohidratos que por algo existen como parte de nuestra alimentación, ¿no creen?
Esta dieta también conocida como plant based es distinta a la vegetariana y la vegana a pesar de su nombre.
No se trata de que elimines la carne de tus comidas sino que la disminuyas. De esta forma y para complementar tu alimentación incluyes plantas, es decir, lo más que puedas de vegetales de hoja.
Reducir nuestro consumo de carne es una tendencia mundial que si bien para algunas personas puede ser beneficioso para su salud la razón de fondo es el cambio climático y la contaminación que la industria ganadera genera.
Ser flexibles mientras mantienes un régimen alimenticio es una gran salvación. Preocuparnos menos por lo todo lo que no podemos comer es una de las razones de la dieta flexitariana. En esta dieta aunque tiene un poco de la plant-based no tienes que ser tan estricto; de hecho puedes ir poco a poco agregando o quitando ciertos ingredientes.
Se puede dividir en:
Principiante: dos días sin carne por semana y con un máximo de 800 gramos los días que la consumirás.
Avanzado: de tres a cuatro días sin carne por semana y un máximo de 500 gramos los días restantes.
Experto: cinco días completamente sin carne y solo 250 gramos los días que sí la consumas.
En la dieta flexitariana puedes incluir aves, pescado, res y hasta cerdo.