¿Un postrecito? ¿De sabores deliciosos y originales?¿Con piquete, quizás? ¡Claro que sí! Una cucharada fría y cremosa de alguno de los Helados Buenos Momentos es felicidad instantánea.
Gabriel Vázquez es la mente maestra detrás de esta heladería que se encuentra en Clavería y que tiene mucho para ti en cualquier época del año.
Good times bad times, la canción de Led Zeppelin fue la que inspiró el nombre, la tipografía y el logo de este lugar gracias a que Gabriel, el fundador, es fan de la banda británica.
La idea de hacer helados y nieves surgió de una cita con su pareja en donde prepararon mojitos y les pareció una gran idea innovar con la textura y preparar una nieve.
A pesar de que este sabor fue el precursor, el primero que ejecutaron para vender fue el de jamaica con guajillo. Para el creador, es el sabor consentido por antigüedad.
La intención es que sea un concepto bastante chilango, así como el vocho con la estampa de Ferrari y peluche en el tablero.
Gabriel Vázquez
Como todo emprendedor, lo que Gabriel experimentó en sus inicios evolucionó, ese fue el caso de los raspados que hoy se convirtieron en nieves y helados.
Él y todo el equipo que trabaja para dar a los clientes lo mejor participan en la creación de nuevos sabores como el de queso con cajeta que es el más reciente.
Aunque no se autodenominan 100% sabores mexicanos sí tienen en su menú bastantes opciones que sin duda nos acercan a conocer más a qué sabe nuestro país. Tienen mucho cuidado con la trazabilidad de sus ingredientes.
Entre las más de 50 variedades podemos encontrar uva de Parras y miel de agave de Torreón; chocolate, crema de mezcal, naranja con jícama y sal de gusano de Oaxaca; margarita de sotol de Durango; tascalate chiapaneco y sabores de Yucatán.
También hay de horchata, guayaba con amaranto garapiñado, queso azul con uva y manzana o pay de limón.
No pueden faltar las malteadas en el menú y también hay más opciones de postres; si tienes antojo de una marquesita este es el lugar correcto, el queso de bola tradicional viene desde Mérida.
La diferencia entre un helado y una nieve es que el primero es a base de leche y la segunda a base de agua. Los nombres varían conforme a los estados, sin embargo, puedes distinguirlos más sencillo de esta forma.
En Helados Buenos Momentos hay de los dos y ellos hacen absolutamente toda la preparación, son 100% artesanales.
Gabriel nos platica que una vez que tienen la preparación del sabor en líquido se coloca en un contenedor de metal que se rodea de hielo y sal dentro de un recipiente de madera, la famosa garrafa.
Aquí se usa un poco de química para entender el proceso: la composición de la sal funciona con la del agua congelada para llegar a temperaturas más bajas y evitar que se derrita.
Una vez que está todo listo se comienza a dar vueltas hasta que el líquido comienza a congelarse, por supuesto que el que está directamente en contacto con el recipiente de metal es el primero en quedar listo.
Es importante no dejar de batir para incorporar aire en la mezcla. Esa será una de las claves para que tanto helados como nieves tengan una textura untuosa.
A partir de que las paredes del recipiente comienzan a adqurir la consistencia deseada, se comienza a raspar para que toda la mezcla sea uniforme.
¡Se hace brazo! La garrafa sigue girando hasta que la nieve queda como la conocemos, sólida. Tarda alrededor de una hora dependiendo de la cantidad que se prepare.
La dificultad viene con los sabores que tienen alcohol ya que este componente tiene una temperatura de congelación más baja así que tarda más.
Hay heladerías que utilizan nitrógeno para enfríar más rápido, sin embargo, en la opinión de Gabriel el golpe directo de frío podría quemar los ingredientes y no lograr lo que buscan: un sabor perfecto.
Dirección: Clavería 54 C esq. Cairo, Clavería, Azcapotzalco.
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