No hay nada más placentero que ir por la calle con hambre y encontrar un puesto de pambazos, esta garnacha hecha con pan sazonado en salsa de chile guajillo que le alegra la vida a más de uno. Te platicamos la historia de este antojito y una receta para preparar en casa.
Este platillo callejero es ideal a cualquier hora del día. Haciéndole la competencia a las preparaciones de masa de maíz, los pambazos se han ganado nuestro corazón por ser llenadores, ricos y muy económicos.
Aunque la primera ciudad que vio la luz con los pambazos fue Xalapa, Veracruz, esta comida callejera se basa en un pan del mismo nombre que se creó muy cerca del Istmo de Tehuantepec.
Se trata de una masa hecha con huevo, leche y harina que, según cuentan algunos cronistas, se denominaba “pan basso” y estaba hecho para las clases bajas. Es económico, llenador y muy bueno para prepararse una torta.
También en Veracruz, esta variedad se suele comer solito acompañado de un café lechero.
La idea es ser una comida barata pero no por eso menos rica. El pan se baña en una salsa de chile guajillo para después ponerse al comal con aceite. Posteriormente se rellena con diferentes guisos entre los cuales destaca como ganador las papas con chorizo.
Calientito y listo, se corona con lechuga fresca picada, crema ácida y queso rallado. A partir de ahí, el resto es producto de la creatividad de quien lo prepare.
Un secreto para que quede mejor es dejarlo más tiempo sobre el comal y dejar que el pan se haga crujiente y la salsa penetre y sazone todo lo demás.
Preparar esta delicia callejera también es posible en casa. ¡Buenas noticias! Es muy fácil y puede ser una cena o un desayuno increíble.
Si no encuentras el pan especial puedes sustituirlo por telera, chapata, birote o bolillo.
Para la salsa
Para el relleno de papas con chorizo
Para el montaje