La comida de Sinaloa es privilegiada por la diversidad del suelo y clima. Del litoral a la sierra, la tierra es fértil y los ingredientes abundantes. Gracias a esto podemos encontrar una de las gastronomías más ricas de México.
Tiene en total 18 municipios aunque los lugares más visitados son sin duda Los Mochis, Mazatlán, Culiacán, Guasave y Guamuchil. Cuenta con un poco más de 650 kilómetros de costa.
Entre música de banda y platillos que no te puedes perder, Sinaloa alberga también gran parte de la industria alimentaria del país.
Son los mayores productores de camarón con el 42% y de pepino con el 44% de producción total (ahora nos explicamos por qué aman el aguachile). También tienen maíz nativo, atún, tomate y sorgo, este último como alimento para animales.
El aguachile es una variación del ceviche elaborado con camarón o callo de hacha. Se marina con limón y con chile, específicamente el chiltepín, una variedad endémica de la sierra.
La leyenda dice que en sus inicios solo era carne marinada con agua y este chile y fue evolucionando a esta delicia que nos hace salivar.
Ahora la receta ha cambiado un poco y también se utiliza chile serrano o cuaresmeño, jugo de limón, sal, pimienta, chiltepín y cebolla.
Este también es un platillo bien sinaloense. Está hecho con carne de cerdo desmenuzada principalmente falda, espaldilla, pierna y lomo.
Para prepararlo se utiliza también manteca de cerdo, chile pasilla, chile ancho y algunas especias y condimentos como ajo, comino y orégano y vinagre.
Se dice que el chilorio se inventó por la necesidad de conservar la carne durante más tiempo ya que los condimentos actúan en la carne como conservador.
¡Qué antojo de unos taquitos de huevo revuelto con chilorio para desayunar!
Los tacos gobernador también son un clásico en Sinaloa. Son de camarón -por supuesto preparado de forma especial- y con tortilla de harina.
El camarón se prepara con chile poblano y apio. Cuando las tortillas están calientes se agrega queso manchego y encima el guisado; con el calor de ambos el queso se derrite. Se les agrega limón y salsa al gusto.
El pozolillo toma su nombre del pozole original, sin embargo, su preparación es distinta. Utiliza granos de elote tierno en lugar de los granos de maíz cacahuazintle.
Otra variante es que usa carne de pollo y de cerdo en el mismo plato; aunque en gustos se rompen géneros, el pozolillo, en estricta teoría, lleva ambos.
No se sabe a ciencia cierta su origen aunque hay algunas teorías al respecto. Lo cierto es que, aunque es parecido, no debemos confundirlo con el tradicional pozole verde guerrerense. Te dejamos la receta.
Las enchiladas del suelo no son iguales a las que conocemos rellenas de pollo.
En la comida de Sinaloa son tortillas fritas que se bañan en salsa de chile colorado y se rellenan de chorizo o longaniza y papas. Se cubren de un caldillo de jitomate y queso.
Existe una versión en donde las tortillas que se utilizan son hechas a mano y se les añade queso y hasta polvo para hornear para lograr más grosor y sabor.
En esta versión además del caldillo y el queso se rocían con vinagre y se coronan con aceitunas.
La caguamanta se llama así porque se preparaba con una tortuga llamada caguama y con mantarraya (cagua-manta). Después de tomar conciencia acerca de la conservación de estos animales, la receta evolucionó a ser mantarraya y camarón.
Su origen se lo disputa también Sonora y está preparada como caldo. La mantarraya o el camarón se cuecen con zanahoria, jitomate, apio, ajo, chile verde y especias como comino, orégano y pimienta.
Se puede comer el caldo solo y hacer tacos con la mantarraya o los camarones con tortillas de maíz o harina. Es un remedio perfecto para la cruda.
En Mazatlán existen unos dulces que son suaves como un bombón pero sin la característica pegajosa, son parte de la comida de Sinaloa.
María Clara García es la experta y ha continuado con esta tradición durante más de 56 años. Ella y su esposo Salvador eran empleados en una fábrica de dulces pero al morir el dueño y verse desempleados decidieron emprender con esta receta.
No fueron tiempos fáciles ya que la falta de conservadores en los años 50 representaba un problema: los suaves al cabo de 5 días ya estaban duros. Hoy en día ese tema es cosa del pasado.
A pesar de que doña María Clara no esconde la receta nadie ha logrado igualar el sabor. Azúcar, grenetina, vainilla, glucosa pura y coco tostado molido son todos los ingredientes que hacen estas delicias.
Los coricos son unas galletas de maíz tradicionales de la comida de Sinaloa aunque también se consumen en estados como San Luis Potosí y se les conoce como pemoles.
Tienen una forma de rosquilla o circular y se preparan con harina de maíz, mantequilla, sal, azúcar y huevos. Los coricos sinaloenses también llevan manteca de cerdo y jugo de naranja.
Las pinturitas también son un postre típico de Sinaloa y son coricos más pequeños que pueden tener canela, vainilla o piloncillo.
Dentro de la comida de Sinaloa está este pan elaborado en horno de piedra también conocido como panocha. Este último nombre se da por el piloncillo que le da el dulzor y que también es conocido en el sureste de México de esa manera.
En los estados del norte y occidente del país la capirotada es un postre clásico, Sinaloa no es la excepción para encontrarla. Su preparación varía en los ingredientes y los sinaloenses la acostumbran preparar con guayaba para hacer la miel.
La capirotada es un postre que está hecho a base de pan duro, tortillas viejas, piloncillo aromatizado con especias y queso añejo. Se acostumbra comer en Semana Santa y aquí te platicamos de cómo los ingredientes puedes tener segundas oportunidades.
Las aguas frescas son una bebida común en Sinaloa porque aprovechan todo lo que la naturaleza les da.
Hay de cebada, de ciruela, de pitahaya, de nanchi, de utatabe, de sinas, de guaba, de aguama, de ejote de mezquite y de lechuguilla. Por supuesto las tradicionales de limón, horchata y jamaica que en ningún lugar del país faltan.
Al ser un estado productor de maíz no podía faltar el atole. Sus sabores más allá del clásico champurrado del centro del país son pinole, de ciruela amarilla, de cacahuate, de guamúchil, de mezquite y de igualama.
Seguramente alguna vez en tu vida haz visto este refresco con etiqueta amarilla y un líquido casi como el color de los refrescos de cola. Pues es original de Sinaloa.
Su creador fue Don Antonio Espinoza de los Monteros, Don Tony para los cuates, de ahí su nombre. No es nada nuevo, sus primeros registros datan del año 1880 aunque no fue sino hasta los años 40 que salió de las sombras para comenzar su comercialización.
Es sabor vainilla y lo podemos encontrar a lo largo del país en tiendas naturistas.