Para los expertos puede que el durazno, la nectarina y el chabacano no tengan punto de comparación pero lo cierto es que para cualquier mortal no es tan fácil distinguir entre uno y otro.
Y no estamos tan equivocados, los tres tienen algo en común: vienen de la misma familia de árboles llamadas Prunus.
Y no solo esos, el ciruelo, cerezo y almendro también pertenecen a la misma familia.
Una característica que tienen todos estos frutos es su clasificación biologica y les llaman drupas. Tienen una sola semilla cubierta por otras capas para que no toque la carne de la fruta.
Su principal producción es entre los meses de marzo y septiembre por lo que las puedes encontrar muy buenas durante el verano.
Aquí te dejamos las diferencias entre estos tres frutos que aunque se pueden utilizar de manera similar, pueden dar texturas y sabores únicos.
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Durazno
El durazno también es conocido como melocotón y de los tres es el que tiene mayor producción en México.
No tiene un origen específico aunque se dice que llegó a América en la época de la colonia y provenía originalmente de Asia.
Un solo árbol de durazno puede llegar a producir hasta mil 400 frutos. El consumo per cápita en el país hasta 2017 fue de 1.5 kilogramos, cantidad que no alcanzó a ser cubierta con producto nacional por lo que se importó a México desde Estados Unidos, Chile y China.
Michoacán es el principal productor en el país cubriendo el 18% del total anual.
Entre las características que tiene el durazno para diferenciarlo de los demás es su tamaño, es el más pequeño de los tres.
Tiene una superficie aterciopelada y su piel puede ser entre amarilla y anaranjada. Cuando su pulpa es pálida suele ser más dulce y conforme va tomando color tiene toques más ácidos.
Nunca te intentes comer una semilla de durazno. Además de que seguramente lastimes tus dientes y no la digieras por completo contiene cianuro, una sustancia tóxica.
Por cada 100 gramos hay aproximadamente 9.54g de carbohidratos y menos de un gramo de proteínas y grasas. Entre sus nutrientes se encuentra el complejo B, vitamina C, calcio, magnesio, fósforo y potasio.
Déjate ir con estas recetas
–Pastel helado de durazno.
–Sandwich de arúgula y duraznos al pesto.
–Gelatina de durazno con mascarpone.
–Duraznos rostizados con miel.
Chabacano
El chabacano también es llamado albaricoque y damasco en algunos países de Latinoamérica. Es originario de Asia central y en esos países es llamado manzana armenia.
Turquía, Irán, Uzbekistán y Argentina son los mayores productores de este fruto a nivel mundial.
Entre sus usos se encuentran el aceite -muy similar al de almendras-, sus semillas se utilizan para curar enfermedades respiratorias como tos y también es utilizado para hacer licor de Amaretto.
Es comúnmente utilizado en la cosmética por su alto contenido de vitamina A. Actúa como protectora de la piel y desmanchante en manchas por el sol.
Su tamaño es ligeramente mayor al del durazno y es de color anaranjado principalmente. Su sabor es más ácido.
También contiene más carbohidratos, 11.2 gramos por cada 100 g. Tiene una cantidad importante de vitaminas C, E y K, además de calcio, magnesio, fósforo y potasio.
Anímate y prepara estos chabacanos rostizados con queso y nuez.
Nectarina
La nectarina es una mutación del durazno y el chabacano, tiene mayor firmeza que ambos al tacto. Su mayor diferenciador es quizá su piel, no tiene pelusa sino que es lisa y su color es más intenso, entre anaranjado y rojo.
Su sabor es más parecido al durazno por ser más dulce aunque tiene algunos toques ácidos.
Por cada 100 gramos la nectarina aporta 10 de carbohidratos y menos de 1 de proteína. Entre sus nutrientes destaca la vitamina C, calcio, magnesio y potasio.
