En 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó a los embutidos en el grupo 1 cancerígeno para el ser humano, en el mismo nivel que el tabaco. La paradoja es que es un grupo de alimentos que tiene la ventaja de estar permitido en dietas como la keto.
Las carnes procesadas incluyen frankfurters (perros calientes/hot dogs/salchichas), jamón, carne en conserva (corned beef); cecina o carne seca, así como carne en lata, y las preparaciones y salsas a base de carne.
OMS 2015
La dieta keto se caracteriza principalmente por ser una dieta baja o libre de carbohidratos y periodos de ayuno. Estos nutrientes están contenidos en una gran cantidad de alimentos como las frutas; es por eso que este régimen ha sido tan controversial en opinión de algunos expertos nutriólogos.
Lo cierto es que esta dieta comenzó a implementarse como una alternativa a los tratamientos de epilepsia en niños.
El resultado fue el decremento de ataques epilépticos por una combinación de ayunos prolongados y dieta baja en carbohidratos y alta en grasas “buenas”.
Esta dieta comenzó a tener éxito al notar que se podía disminuir drásticamente de peso. Sin embargo, eliminar alimentos como la fruta podría traer efectos adversos si no se compensan los nutrientes que contienen.
Entre las recomendaciones de ingredientes que la dieta keto tiene están los embutidos pero ¿conviene consumirlos aunque son cancerígenos?
Una manera muy fácil de saber qué tan potencialmente peligroso es el embutido que nos vamos a comer es ver su color.
El aspecto rosado que tienen algunos embutidos significa que fueron procesados con nitritos y nitratos, específicamente de potasio y sodio.
El nitrato de potasio y el nitrito de sodio están directamente asociados como cancerígenos.
El chorizo -el cual tiene un proceso distinto al del jamón o salchichas tradicionales- no contiene estos aditivos ni tampoco carbohidratos. Por estos motivos entra perfecto en los alimentos permitidos de la dieta keto.
No nos hagamos ilusiones, tampoco podemos abusar. Los embutidos recomendados incluyen chistorra, chorizo, jamón serrano, moronga (o morcilla), pepperoni, salami y tocino.
Verónica Sánchez es una nutrióloga especializada en este tipo de dieta. Platicamos con ella y asegura que a pesar de que los embutidos están permitidos, hay que respetar las porciones para todas las comidas.
Como podemos ver, ni las salchichas ni el jamón de pavo, cerdo o res son los más recomendados.
Algo que hay que tomar en cuenta es que los embutidos están clasificados en la dieta keto como proteínas con alto porcentaje de grasa.
Las porciones recomendadas en lo general son tres diarias de 15 gramos cada una aproximadamente; es importante que recuerdes que lo mejor e indispensable siempre será acudir con un especialista.
Cuando hablamos de embutidos echamos todos a la misma bolsa y nos estamos equivocando.
En un estudio hecho por PROFECO en 2016 se mencionan los ingredientes de las principales marcas comerciales mexicanas de jamón.
Uno de los componentes principales que se encuentra en las etiquetas es la carne. El problema es que la fuente o el tipo no siempre son honestas: en gran parte de las marcas de pollo, por ejemplo, el ingrediente es “pasta de ave”.
Esto no sólo es carnita molida como queremos creer: suele estar hecha con restos del animal como huesos y vísceras.
También tienen cantidades considerables de sodio y almidón, por lo que si estás haciendo la dieta keto tal vez tengas que leer con cuidado la etiqueta.
Por otro lado está el chorizo, que dependiendo de la forma de hacerlo puede ser una gran aliado en tu dieta. Los de calidad tienen contienen 80% de carne magra mezclada con ingredientes para sazonar. Se embuten en tripa natural y nada más: no químicos, no gluten, no almidones.
Si estás haciendo un esfuerzo por cumplir tu dieta siempre lee las etiquetas y mira los ingredientes. Lo más importante es saber qué puedes y qué es mejor no comer. Pregunta a tu especialista y opta por lo menos procesado.