El sismo del 19 de septiembre de 2017 fue un parteaguas para darle vida a este proyecto, un restaurante que ahora ocupa el lugar donde estaba Alipús Condesa.
En esos días tan complicados y dolorosos para la ciudad de México, este local fungió como restaurante, centro de acopio y resguardo para los rescatistas que trabajaban en los edificios derrumbados en la colonia Condesa.
Meses después, en febrero de 2018, el proyecto Antolina comenzaba a despegar. Pedro Sañudo -Pete Mezcales, para los amigos-, Saray Sánchez y el chef Adolfo Schwalge decidieron impulsar una carta de comida mexicana y apoyar más que nunca el comercio local y sustentable.
El mensaje principal del menú es claro: “nos gusta lo orgánico, lo artesanal, lo justo, lo responsable, lo humano”.
Precisamente por ello, Antolina colabora con proyectos como el colectivo Chinampayolo, Sabor a Chinampa, Smart Fish México (para pescados y mariscos sustentables), Fiorellino Gelato, Terra Balsas, Zegacola, agua Indapura de Oaxaca, entre otros.
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Para abrir apetito la tostada de pata es increíble; está acompañada de coliflor, champiñones ¡y mejillones!
El queso asadero es una entrada de lo más rica y especial. Está hecho 100% de productos provenientes de las chinampas, así que no te sorprendas si en diferentes ocasiones viene con otros ingredientes; aquí la naturaleza es la que manda.
Ya entrados en el tema, definitivamente no te puedes perder el taco de chapulines. La tortilla de maíz hecha en casa y una capa de queso fundido lo vuelven ganador. Acompáñalo con las salsas de la casa.
Las enmoladas aquí son todo un ritual. Están elaboradas con mole traído directamente de la Sierra Mixe en Oaxaca, combinado con maíz, y se rellenan a escoger entre pollo, queso y huauzontles. ¿Nuestra favorita? La de huauzontles,definitivamente.
Vale la pena darle una oportunidad a la hamburguesa mezcalera, una reinterpretación preparada con los ingredientes tradicionales de una tlayuda.
Aunque no es un restaurante de pescados y mariscos, hay que probar los que ofrecen en Antolina sí o sí.
El aguachile negro es fresco, de justa acidez y, lo más importante, con camarones azules de excelente calidad. Otro par de imperdibles son las tostadas de jurel y al Taco Patrón, un señor taco en una buena tortilla de harina preparado con camarones azules, frijoles maneados y queso asadero. Caro, pero lo vale.
Aunque de postre se te antoje el pastel de chocolate, arriésgate a pedir el Dulce Villero, un postre inspirado en la paleta de hielo de vainilla rellena de ate de membrillo, legendaria en Villa de Álvarez, Colima.
También vale la pena pedir los gelatos, pues son elaborados por un proveedor italiano de manera artesanal. El imperdible definitivamente es el de cardamomo.
El orgullo mexicano de las bebidas
Por último, pero nada menos importante, es la carta de bebidas; absolutamente todas han sido probadas y aprobadas por Pete y Adolfo.
Si se te antoja un refresco de marca comercial olvídalo, este no es el lugar.
Al ser una de las filosofías ayudar al comercio local todos los refrescos son artesanales. ¿La recomendación? El sabor cola que viene directamente de Oaxaca.
Tienen casi el 100% de etiquetas de vino nacionales y destilados entre ellos por supuesto el mezcal, sotol y ginebra y pulque.
Tienen una ginebra chihuahuense hecha con maíz rojo, endémico de este estado del norte.
Solamente hay dos bebidas extranjeras, el whisky escocés y el vodka ruso.
Eventualmente tienen cenas especiales con menús de degustación. Hay menos de 30 lugares para estos eventos, así que no dudes en reservar en cuanto veas alguno en redes sociales.
También tienen menú ejecutivo que cambia diario si tu idea es comer a un precio más económico, pero igual de delicioso. Consulta el menú en su página de Instagram, lo sirven de lunes a viernes.
Dirección: Aguascalientes 232, Hipódromo.
Facebook: @antolinacondesa
