No cabe duda que las acelgas están subvaloradas en el mundo de la nutrición y la cocina. Su sabor es increíble y cualidades alimenticias, infinitas. Para que nos creas, queremos platicarte un poco y darte dos recetas para disfrutarlas.
La ciudad de México es uno de los mayores productores de acelgas en el país gracias a las chinampas, un sistema de cultivo milenario del que estamos muy orgullosos.
Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta y Magdalena Contreras son las alcaldías con áreas rurales donde se cultivan hortalizas de hoja, como las acelgas.
Es una planta muy fácil de cuidar, así que si estás pensando en hacer un huerto en casa es una buena alternativa. Además, al ser una hortaliza de rebrote puedes cortar las hojas -que son las partes comestibles- y se regeneran.
La beta vulgaris -como es conocida científicamente- puede tener distintas clasificaciones. Algunas de estas incluyen su color, sus meses de brote o sus características físicas.
No vamos a negar que el cultivo de acelgas de colores puede dar vida a tu casa por la alegría y fuerza de sus tonalidades, pero son mucho más que eso.
Vamos a dividirlas en dos principales para que las sepas reconocerlas a la hora de comprar.
Están las comunes o de tallo blanco que son llamadas Bressane. Visualmente son fáciles de identificar pues tienen una hoja muy ondulada color verde oscuro y sus pencas son blancas y anchas.
Esta variedad de acelga se da principalmente en primavera y verano.
Por otra parte está la amarilla de Lyon que tiene entre sus colores un amarillo tenue pero vivo, aunque en esta variedad también puedes encontrar tallos de otros colores.
Esta hortaliza es originaria de la zona del Mediterráneo y sobrevive perfectamente a distintos tipos de climas. Se cosecha dos veces al año y la planta se regenera sola.
La acelga tiene un aporte calórico muy bajo, apenas 38 calorías en 200 gramos y proporciona al organismo nutrientes como fósforo, calcio y magnesio.
Es rica en hierro como otros vegetales de hoja verde, por lo que es bueno incluirla en tu dieta si tienes deficiencia de este nutriente.
En cuanto a las vitaminas podemos encontrar A, C, complejo B y E, que actúan como antioxidante en los tejidos eliminando los radicales libres que están en nuestro cuerpo.
La acelga también es rica en fibra, por lo que consumirla ayuda con los problemas de estreñimiento. Recordemos que la fibra se activa mejor al ingerir agua.
Encontrarte frente a plantas, hortalizas o vegetales de hoja verde se vuelve un problema cuando eres inexperto.
La mejor manera de identificar las acelgas será por las hojas, que pueden ser hasta de 15 centímetros. ¡No las confundas con espinacas! Los tallos son más claros y las hojas más grandes.
Asegúrate de escoger a casa aquellas que tengan las hojas y tallos firmes y de color uniforme; evita que tengan manchas cafés.
Si las compraste y aún no las utilizarás, no las laves; mételas en una bolsa cerrada al refrigerador, donde se pueden conservar en buen estado hasta por cinco días.
La acelgas tienen ácido oxálico que puede dejarte un sabor amargo en la boca. Te recomendamos hervirlas antes de comerlas y desechar el agua.
Las acelgas tienen un sabor ligeramente amargo que puedes relacionar entre las espinacas y la col. Combina muy bien con carnes rojas y salsas grasosas, así que ¡a cocinar!